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    "Holocausto 101" Este documento fue preparado y publicado en el Zundelsite como una "Introducción al Pensamiento Revisionista" durante la primera semana de enero de 1996. Iba a ser el comienzo de un debate a través de Internet con otro website, Nizkor, un website de un "Grupo de Lobby del Holocausto".

     

     

     

     

    "Holocausto 101"

     

     

    Este documento fue preparado y publicado en el Zundelsite como una "Introducción al Pensamiento Revisionista" durante la primera semana de enero de 1996. Iba a ser el comienzo de un debate a través de Internet con otro website, Nizkor, un website de un "Grupo de Lobby del Holocausto".

     

     Este debate fue abortado después de que el Centro Simón Wiesenthal fue notificado de éste e inmediatamente entró en una ofensiva extrema, empezando con un artículo en el New York Times el 10 de enero de 1996, seguido por 2000 cartas al ISP y a presidentes de universidades en un esfuerzo por prevenir la publicación del material Revisionista en la Red.

     

     En respuesta a este movimiento de censura, los "chicos de las computadoras" y los periodistas del ciberespacio a nivel mundial se encargaron de "refugiar" al Zundelsite creando espejos de este. Desde mitad de enero hasta mitad de febrero, este fue el gran drama electrónico ya que en la mayoría las universidades más prestigiosas brotaron espontáneamente espejos del Zundelsite. Sabemos de espejos del Zundelsite en lugares tan lejanos como Australia.

     

     El resultado eventual de esta "primera" expulsión del ciberespacio y de Internet y de las batallas similares por la Libertad de Discurso en la Red, fue el Acta de Decencia de Comunicaciones de E. U., forzada a través del Congreso de los E. U. por grupos con intereses especiales aunque fue recientemente declarada como inconstitucional por tres jueces de Filadelfia.

     

     Este juicio actualmente está en apelación.

     

     La lucha por la Libertad de Discurso en la Red continúa.

     

     

     

    Ernst Zündel responde:

     

    Refutación #1:

     

     Antes de que entre en la refutación real, me gustaría simplemente llamar la atención sobre algunos puntos importantes en un detallado y elaborado resumen (sobre Nizkor):

     

     1. Soy descrito por Nizkor, citando al Comité de Revisión de la Inteligencia de Seguridad de Canadá, como un "... publicador prolífico de literatura de odio". Eso no es realmente correcto.

     

     En Canadá, la distribución de literatura de odio es una ofensa delictiva, es un crimen de la misma clase que el robo bancario o el abuso sexual de niños. Si usted me llama ladrón bancario en una publicación y yo no soy un ladrón bancario, eso se llama calumnia. Si usted me llama un abusador de niños y yo no lo soy, eso también se llama calumnia.

     

     Usted me llamó en una publicación electrónica un ". . . publicador prolífico de literatura de odio". Usted me ha calumniado.

     

     Yo he vivido y he trabajado en Canadá durante casi 40 años y nunca se me ha declarado culpable de haber publicado y/o haber distribuido literatura de odio en ese país. Nunca he sido ni siquiera incriminado por haber publicado y/o distribuido literatura de odio en Canadá, aunque en Canadá existen cosas tales como las "leyes del odio".

     

    Sobre este punto, de hecho, varios cuerpos judiciales y policíacos, después de estudiar extensamente, me han retirado específicamente ese cargo. Se ha probado que mis enemigos se habrían asegurado de que yo hubiera sido incriminado y declarado culpable allí.

     

     He sido incriminado de ". . . difundir noticias falsas", un cargo frívolo que un descontento multimillonario judío puso en mi contra. Le costó a los canadienses aproximadamente $6 millones. . . ¿y todo eso para eso qué? La Corte Suprema de Canadá decidió finalmente que la sociedad puede enriquecerse por medio de la diversidad cultural e intelectual, incluyendo los puntos de vista impopulares en la historia y otros asuntos que incomodan a ciertas minorías.

     

     Abajo resumo 8 puntos para que sirvan como el Revisionismo del "Holocausto" 101. Antes de que lo haga, me gustaría declarar lo que yo quiero decir cuando me refiero colectivamente a ciertos individuos y grupos como el "Lobby de Promoción del Holocausto".

     

     Uso la frase como un término genérico para describir a aquellas personas que tienen intereses establecidos en mantener vivo el Mito del Holocausto y quienes actuarán políticamente para asegurarse de que esto suceda.

     

         El Lobby de Promoción del Holocausto es un constructo resumido que se utiliza para  describir en forma breve a un subconjunto de la raza humana (siendo la mayoría, aunque no todos, judíos), con características políticas y sociales únicas e identificantes, dedicado al mantenimiento y perfeccionamiento de un dogma llamado el "Holocausto".

     

     Uso esta frase con propósitos de resumen, como "La Generación de la Flor", que sirve para describir a una cultura de jóvenes hedonistas o como "El Jet-Set", que sirve para describir a los ricos.

     

     Dejaré a cada individuo, gentil o judío, el decidir por sí mismo si él pertenece o  no a ese grupo.

     

     Lo que los Revisionistas ofrecen abajo es el estado del arte en el Revisionismo actual. La palabra final no ha sido pronunciada aún; llegará cuando más personas de todos los tipos y toda clase de disciplinas escudriñen dentro del oscuro asunto del "Holocausto" y averigüen por ellos mismos que es verdad y que no lo es.

     

     Para capturar la esencia de lo que sigue debajo de estas líneas, los lectores necesitarán entender que después de años de insistir en que "... los Revisionistas no MERECEN una respuesta! " y negándose a comprometer en el debate, a principios del año fue planeado un debate realmente serio - o al menos algo así pensábamos nosotros.

     

     Se desencadenó un movimiento mundial de censura para impedir que este debate tuviera lugar. Parte de este esfuerzo, con nuestra oposición, causó al parecer que Nizkor se retractara del debate, insistiendo en que ellos habían hablado meramente de "vinculación" (linking). Es desafortunado que no se hubiera dado un debate, pero eso es ahora algo pasado.

     

     Las gentes de Nizkor dicen ahora que ellos prefieren "vincular" (link), así que les permitiremos "vincularse". Nos habría gustado un debate real con cooperación mutua y respetuosa. Sin embargo, así no fue, pero ya que prometimos que contestaríamos con una refutación, lo estamos haciendo ahora.

     

     ___

     

     Como introducción, el Revisionismo se ha mantenido como un movimiento de reavivamiento intelectual a través del mundo. Las personas están empezando a hacer preguntas sobre el Holocausto. Estas preguntas son incómodas. Ya no puede el Lobby de Promoción del Holocausto ignorar más el interés global sobre los hechos VERDADEROS, rodeando con reclamaciones muy oscuras pertenecientes al "Holocausto" que gritan "Antisemitismo! "

     

     En esencia, se pueden agruparse las demandas del Revisionismo en ocho temas bastante distintos. Ellos son, como aparecen debajo:

     

         1ª Demanda de los Revisionistas: El Holocausto es una muy útil propaganda posguerra que empezó como una campaña sistemática e insidiosa durante la Segunda Guerra Mundial como una de las tácticas empleada por intereses adinerados, para reunir las tropas y comprometer al mundo, específicamente a América, en lo que resultó ser, esencialmente, una guerra fratricida.

     

         El principio detrás de esta propaganda era: "Consigamos que un enemigo mate a un enemigo."

     

         ¿Cómo se hizo esto? De maneras anticuadas y probadas a través del tiempo.

     

         La sofisticada propaganda de los tiempos de guerra sobre las supuestas "atrocidades" cometidas por el enemigo no es nada nuevo. Es un arma psicológica eficaz, rutinariamente empleada para mantener combatientes a las propias tropas nativas, para que crean que están luchando por una causa virtuosa y patriótica. El enemigo es satanizado por medio de historias de atrocidad sistemática. Los medios de comunicación repiten una y otra y otra vez que tan cruel y demoníaco es el enemigo.

     

         Esta táctica fue utilizada por los Aliados en forma extensiva. Esta es una parte de la evidencia:

     

         El 29 de febrero de 1944, el Ministerio Británico de Información envió la siguiente nota al más alto clero británico y a la BBC:

     

             Señor,

     

             Dirigido por el Ministerio, le envió a Ud. la siguiente carta circular:

     

             Es a menudo el deber de los buenos ciudadanos y de los cristianos píos cerrar los ojos frente a las peculiaridades de aquéllos que se asociaron con nosotros.

     

             Pero llegará el tiempo en el cual tales peculiaridades, que aún se niegan en público, deberán tenerse en cuenta cuando llamemos a la acción.

     

             Nosotros conocemos los métodos de gobierno empleados por el dictador bolchevique en la misma Rusia mediante, por ejemplo, los escritos y discursos del Primer Ministro durante los últimos veinte años. Sabemos cómo se comportó el Ejército Rojo en Polonia en 1920 y sólo recientemente, en Finlandia, Estonia, Letonia, Galicia y Besarabia.

     

             Por consiguiente, ciertamente debemos tener en cuenta cómo se comportará el Ejército Rojo cuando desborde Europa Central. A menos de que se tomen precauciones, los horrores inevitables que obviamente sucederán, generarán una tensión indebida en la opinión pública de este país.

     

             No podemos reformar a los bolcheviques pero podemos hacer nuestro mejor esfuerzo para salvarlos - así como a nosotros - de las consecuencias de sus actos. Los descubrimientos del pasado cuarto de siglo generarán meras negaciones poco convincentes. La única alternativa a la negación es distraer la atención pública del asunto entero.

     

             La experiencia ha demostrado que la mejor distracción es la propaganda de atrocidad dirigida contra el enemigo. Desgraciadamente el público ya no es tan susceptible como en los días de "la Fábrica de Cadáveres", "los Bebés Belgas Mutilados", y "los Canadienses Crucificados".

     

             Por consiguiente se busca seriamente su cooperación para distraer la atención pública de lo realizado por el Ejército Rojo mediante su apoyo sincero en varios cargos contra los alemanes y japoneses que han sido y serán puestos en circulación por el Ministerio.

     

             El expresar sus creencias en cosas así puede convencer a otros.

     

             Soy, Señor, Su obediente sirviente,

     

            (Firmado)

     

            H. Hewet, Secretario Asistente,

     

         Había incluso un post-script, como sigue:

     

             El Ministerio no puede entrar en correspondencia de cualquier clase con respecto a la presente comunicación, la cuál sólo debe revelarse a personas responsables.

     

    (Rozek, Edward J., Allied Wartime Diplomacy: A Pattern in Poland , John Wiley and Sons, NY. página 209-210)

     

          Éste es un documento muy asombroso. Esta carta es la amplia evidencia de que durante la Segunda Guerra Mundial, los Aliados usaron la propaganda de atrocidad contra la Alemania de Hitler para distraer a su propia gente de las atrocidades que estaban siendo cometidas, principalmente pero no exclusivamente, por el Ejército Rojo - sus "camaradas"! - en la invasión de Europa a medida que la guerra de Hitler llegaba a su fin.

     

         Note, sin embargo, que no había nada en esta carta que hablara de personas gaseadas.

     

         ¿Por qué no? Porque la tonta propaganda de atrocidad es algo que se repite otra vez. La afirmación de las cámaras de gas flotó brevemente como una cometa de prueba de propaganda pero fue rápidamente abandonada como demasiado "increíble." Si se encuentra que la ficción de la atrocidad es tan vulgar, de un aspecto tan extraño e inverosímil que la gente pensante y sensible no puede simplemente tragarla, no es del interés de un líder de un ejército vender de puerta en puerta tal "crimen."

     

         Éste era originalmente el caso de la afirmación de la "cámara de gas".

     

         Sobre este punto, de hecho, el Ministerio Británico de Información al principio le solicitó al clero británico que le ayudara a extender la historia de la "cámara de gas", la cual fue planeada por el Ministerio para ser puesta en circulación. (Rozek, Edward J., Allied Wartime Diplomacy, pp 108-110. John Wiley and Sons, New York ). Sin embargo, desde el comienzo, fue juzgada como demasiado problemática y rara, y por consiguiente, se retiró rápidamente como una potencial turbación estratégica.

     

        Algunos de los "crímenes" llamados "menores" que las personas estaban deseosas de tragar, sobrevivieron y crecieron durante algún tiempo, tanto durante la Primera Guerra Mundial como durante la Segunda Guerra Mundial - algunos de ellos por períodos más largos que otros.

     

         Por ejemplo, muchos de la generación más antigua, tanto en Europa como en América, recuerdan todavía vivamente las macabras afirmaciones de la propaganda aliada de la Primera Guerra Mundial sobre las historias de los alemanes y ". . las "fábricas de jabón-de-cadáver", las ". . manos amputadas de los bebés belgas", el ". . el soldado canadiense crucificado" - todas estas afirmaciones que demostraron ser mentira, y por las que incluso algunos de los estadistas Aliados de la Primera Guerra Mundial se disculparon con los alemanes.

     

         Algunos inclusive recuerdan la increíble e histérica demanda hecha por el entonces gobernador del Estado de Nueva York, ya en 1917-18, (!) de que los alemán habían ". . exterminado a millones de judíos."

     

         Aún más diciente era la demanda sobre los ". . seis millones"! (Glynn, Martin, La crucifixión de los judíos debe parar, El Hebreo Americano, 31 de octubre de 1920.)

     

         Así que Usted ve que la historia de los "seis millones" es vieja. Muy antigua.

     

         Se había vendido de puerta en puerta antes. En un reciente libro titulado "La Clave del Nuevo Orden Mundial: El Dogma del Holocausto del Judaísmo", el autor, Ben Weintraub afirma que el número tiene, de hecho, importancia mítica porque está basado en fuentes cabalísticas. (Weintraub, Ben, El Dogma del Holocausto: La Clave del Nuevo Orden Mundial, Publicaciones Cosmos, 1994)

     

         Desgraciadamente, se necesitó un populacho incauto y sistemáticamente maleducado como el de hoy, acoplado con el implacable lavado de cerebro de los medios de comunicación, perros falderos corruptibles, para vender de puerta en puerta durante décadas esta mentira de la manera en que ha sido vendida de puerta en puerta. En la Primera Guerra Mundial, no había ningún medio de comunicación electrónico. Después de la SGM, este hábil cuento fue desempolvado y esforzadamente dirigido una vez más contra el pueblo alemán.

     

         El asalto psicológico masivo sólo empezó, sin embargo, con la serie de ficción televisiva "Holocausto", mostrada a nivel mundial a aproximadamente 100 millones de personas. Luego siguió "La Lista de Schindler". Hay otros miles de producciones no tan viciosas en impacto, pero si acumulativamente destructivas.

     

         Vamos a ser muy claros sobre un punto: No habría habido vacilación en usar la historia del "gaseamiento" incluso durante la guerra - habría sido creíble. Sin embargo, inclusive durante la guerra, los líderes de las Naciones Aliadas - como Churchill y Roosevelt así como algunos pertenecientes a la jerarquía católica, incluyendo al entonces Papa Pío XI - supieron por medio de sus diferentes agencias de inteligencia, espías rasos, prisioneros con transmisores de radio dentro de los diferentes campamentos (incluyendo a soldados prisioneros, sacerdotes prisioneros, incluso aquéllos que confesaron a miembros del ejército, policía y personal de guardia locales) que no se estaba llevando a cabo ningún exterminio organizado en masa por gaseamiento o por cualquier otro medio, dentro de esos campamentos.

     

         ¿Cómo supieron?

     

             Los líderes aliados tenían fotografías aéreas detalladas, ninguna de las cuales corroboró las demandas histéricas hechas entonces por agitadores Sionistas como el rabino Stephen Wise y otros alrededor del mundo. Simplemente no era verdad. ¡No se estaba llevando a cabo ningún gaseamiento de gente - sólo de piojos! La historia fue un queso con muchos, muchos agujeros. Y fue juzgada como problemática.

     

             Como consecuencia, las directivas aliadas removieron específicamente cualquier referencia a las "cámaras de gas" en su propaganda de atrocidades de guerra, incluso en sus expediciones diplomáticas, porque no había ninguna prueba. (Allied Diplomacy in Wartime, Samisdat Resource Book, pp 108-110)

     

         En agosto de 1943, los Aliados decidieron oficialmente no hacer esta alegación específica de las "cámaras de gas" contra los Nazis en una declaración publicada basada en el terreno de la "evidencia insuficiente para justificar la declaración con respecto a las ejecuciones en cámaras de gas". (Foreign Relations of the United States Diplomatic Papers, 1943, Samisdat Resource Book)

     

              Los Aliados y el Papa no necesitaron negar lo que no tuvo lugar, excepto en los cerebros febriles de los Sionistas que estaba maniobrando a través de una única "victimiedad" (victimhood) para lograr la creación del Estado de Israel y una ventaja política posguerra (incluyendo los pagos masivos de las indemnizaciones por parte de Alemania), quienes necesitaban la acusación de genocidio contra los judíos.

     

     Y, como explicaremos más detalladamente, los juicios de Nuremberg estaban basados en esas imputaciones. Los Sionistas necesitaban una declaración de culpabilidad para apalancar el dinero de la culpa de los bolsillos de un gobierno acobardado creado por los Aliados.

     

     



     

     

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    2. La afimación revisionista: No hay pruebas que el Holocausto, tal como es representado por el Grupo de Presión de Promoción del Holocausto y por la altamente politizada industria de Hollywood, había ocurrido.

     

    2.  La afimación revisionista: No hay pruebas que el Holocausto, tal como es representado por el Grupo de Presión de Promoción del Holocausto y por la altamente politizada industria de Hollywood, había ocurrido.

     

    Los revisionistas no afirman que los judíos no sufrieron.  No contestan el hecho de que los judíos eran, de hecho, indeseables en Alemania, y que había una política del estado para removerlos como siendo un “pueblo parásito” perjudicial para el país.

     

    Es absolutamente verdad que los judíos fueron encarcelados y frecuentemente tratados con crueldad.  Eran vistos como enemigos, tal como en nuestros tiempos los “Nazis” son vistos como enemigo de las oligarquías entrincheiradas.

     

    Los revisionistas afirman e argumentan que no había política del estado que demandaba la “exterminación en masa de los judíos” o cualquier otra menoría indeseada.  Los Aliados interrogaron independiente y separadamente 26.000 funcionarios del régimen Nacional Socialista inmediatamente después de la derrota de Alemania, utilizando siempre el mismo conjunto de preguntas.  Algunas personas pudieron haber pensado mentir para beneficio propio implicando otros.

     

    Ni siquiera un oficial alemán reportó tener conocimiento de tal programa.  Todos dijeron que la primera vez que habían oído de ello fue de los Aliados después de la guerra.

     

    Esto realmente va al grano de dónde la historia de la exterminación en masa provino – que es la “confesión” de Rudolf Hoess.

     

    La Confesión de Rudolf Hoess es un documento increíblemente “incriminatorio.”   Todo el mal proviene de ella.  Aquí es la historia de fondo.

     

    Rudof Hoess, el ex-comandante de Auschwitz “confesó” a cosas muy increíbles durante el Juramento de Nuremberg en este documento largamente usado y muy citado.  Un buen resumen de un punto de vista con interés humano de cómo tal fue conseguido se da en el editorial del sitio del Internet Zundelsite: “Nuremburg: The Crime that Will Not Die.”  Es un resumen que vale la pena leer.

     

    Muchos alemanes, en Nuremburg y otros lugares donde tuvieron que enfrentar juramiento por “crimenes de guerra,” han “confesaron” haber cometido brutalidades por “coacción” o alicientes.  Documentos, testimonios y confesiones, tanto como declaraciones juradas presentados en Nuremberg y otros lugares, fueron frecuentemente produjos y firmados después de la tortura física y psicológica de sus autores.

     

    Para prueba de tortura de alemanes capturados de los Aliados, lea Legions of Death, un libro por Rupert Butler, un escritor inglés, quien da una descripción vivida de la manera cómo el Comandante de Campo de Concentración en tiempo de guerra, Rudolf Hoess, fue golpeado sin misericordia y drogado con alcohol durante varios días antes de que firmara su famosa “confesión” admitiendo que dos millones y media de personas fueron gaseadas en cámaras de gas en Auschwitz.

     

    Basta decir aquí que esta llamada “confesión” fue escrita en inglés, y que Hoess no hablaba ni siquiera entendía inglés.  (Butler, Rupert, Legions of Death, Hamlyn Paperbacks, Great Britain, 1983, pág. 10-12)

     

    Julius Streicher, para nombrar otro oficial alemán que fue salvajemente torturado por interrogadores americanos para extraer una “confesión,” reportó que fue golpeado de tal manera que perdió el 40% de su oído.  Fue mantenido desnudo en una cela no calentado y fue obligado a beber de la letrina.  Los guardias le forzaron a abrir los dientes con un palo con el fin de escupir en la boca.  (Streicher Opens His Case,” London Times, April 27, 1946)

     

    Esta información fue más tarde expurgada de las transcripciones de Juramento de Nuremberg, con el consentimiento del presidente del Tribunal y aun el abogado “defensor.”

     

    Aun otra fuente es la Comisión de Investigación Simpson van Rhoden acerca del comportamiento de los inquisidores estadounidenses durante los juramentos de Malmedy-Dachau.  Esta comisión reportó maltratamientos y torturas, inclusivo juramentos falsos, la administración de confesiones falsas por “padres” igualmente falsos, palizas, utilización de capuchas etc. para obtener confesiones forzadas de los prisioneros.  (The Progressive, escrito por el Juez Edward L. Van Rhoden en febrero de 1949 intitulado American Atrocities in Germany (Atrocidades americanas en Alemania)).

     

    Aquí es un ejemplo de cómo tales “confesiones” eran rutinariamente obtenidas:

     

    “Los investigadores americanos en el Tribunal de los Estados Unidos en Dachau, Alemania, usaron los siguientes métodos para obtener confesiones:

     

    Palizas y patadas brutales.  Dientes y mandíbulas partidos.  Juramentos falsos.  Prisión solitaria.  Padres falsos.  Raciones muy limitadas.  Privación espiritual.  Promesas de absolución (si la víctima implicara otros prisioneros para corroborar la perspectiva de los juramentos Aliados)... Todos los alemanes, excepto dos, de los 139 casos investigados, habían sido pateados en los testículos de manera irrecuperable.” (¿Murieron realmente seis millones?  Informe de las pruebas en el Juramento de Ernst Zündel en Canadá en 1988 por “Noticias Falsas”, editado por Barbara Kulaszka, pág. 44-45)

     

    El Jefe de la Justicia de los Estados Unidos Harlan Fiske Stone, refiriéndose a los Juramentos de Nuremburg y hablando del Fiscal jefe americano, Jackson, tenía esto para decir, tal como fue citado en un libro de tapas duras de la Viking Press, “Harlan Fiske Stone: Pillar of the Law:”

     

    “Jackson está fuera conduciendo su grande fiesta de linchamentos en Nuremberga,” él observa.  “No me importa lo que les hace a los Nazis, mas odio ver la pretensión que él está conduciendo un tribunal y procediendo de acuerdo con la ley común.

     

    Esto es un fraude demasiado hipócrita para satisfacer mis ideas fuera de modo.”  (Mason, Thomas, Harlan Fiske Stone: Pillar of the Law, Alpheus The Viking Press, pág 746)

     

    Una acusación no constituye un hecho.  Un titular no constituye un hecho.  Un prisionero torturado haciendo una “confesión” no puede hacer que sus palabras constituyan un hecho.

     

    Aquí es otro ejemplo de un crimen “bien documentado:”

     

    Los alemanes fueron acusados en Nuremberg de haber matado 15.000 oficiales polacos y miembros de la élite polaca en Katyn.  Siete oficiales y soldados alemanes fueron ejecutados por los soviéticos después de un juramento en el cual más de 4.000 (!) declaraciones juradas y docenas de “expertos” y “testigos” fueron ofrecidos por los acusadores Estalinistas.

     

    En 1989, el líder soviético Gorbachev admitió públicamente que el régimen de Stalin era responsable por estos asesinatos en masa de polacos.  No los alemanes.  El aliado de América – Joseph Stalin – ¡había ordenado las muertes!

     

    Por tanto, si el Juez Thomas T. Johnson de Tribunal Superior de California, y el Jeuz Thomas del Tribunal del Distrito tomaron presunciosas “Notificaciones Judiciales” del Holocausto, se basaron en documentación “inmediatamente disponible” obtenida a través de tortura y coerción de las víctimas de los maestros de tortura Aliados.

     

    ¿Qué especie de “evidencia documentada” es ésta?  No sería permitida en cualquier tribunal estadounidense o canadiense.

     

    In Nuremberg y en muchos tribunales subsecuentes contra las llamados “crímenes de guerra de los Nazis” estos métodos eran rutinariamente aceptados y “aceptables” como una cuestión de política y “las reglas.”

     

     

     

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    3. La Afirmación Revisionista: Los números de víctimas del Holocausto son exagerados irresponsablemente.

     

    3.  La Afirmación Revisionista: Los números de víctimas del Holocausto son exagerados irresponsablemente.

     

    El juego de números de alegadas pérdidas judías es verdaderamente desconcertante.  Muchas, muchas personas de todas nacionalidades desaparecieron o perecieron en la guerra y no es posible determinar su número.  Algunas yacen en las cenizas de los bombardeos Aliados de las ciudades alemanes y sepultados bajo los edificios derribados; otras fueron incineradas en tempestades de fuego Aliadas causadas por las bombas; aún otras perecieron en los Gulags Rusos mucho tiempo después de que se habían terminado los tiroteos.

     

    Es injusto e incorrecto afirmar – tal como se afirma rutinariamente – que si una persona no puede ser cuantificada, entonces él o ella perecieron debido al genocidio – o, aun peor, debido a gasamientos.

     

    De hecho, el “Holocausto” es el mejor ejemplo de “...muerte probada por las historias de millones de sobrevivientes.”

     

    ¿Eso no le hace pensar?

     

    Los medios de comunicación están llenos de organizaciones de “sobrevivientes” existentes en cada ciudad mayor en el Mundo Ocidental – de Toronto a Johannesburgo; de Río de Janeiro a Los Ángeles.

     

    Basta decir que los alemanes han pagado más de 4.300.000 pensiones y reclamaciones de restitución;  40% de los beneficiarios viven (o vivían) in Israel.  Otros son de origen judaica pero escogieron vivir en otras partes del mundo.

     

    ¿Si tantas millones de personas judías murieron a manos de los alemanes, por qué hay tantos sobrevivientes?

     

    Aficionados del “Holocausto” suelen llamar Jacob Robinson “historiador” y “jurista internacional” y se refirieron a él como la primaria fuente de información con autoridad sobre lo que aconteció a los judíos.

     

    Jacob Robinson era, de hecho, un habiloso picapleitos judío del Este de Europa con un plan y agenda diabólicos.  Él fue inventor/criador del “concepto revolucionario” de la idea del Juramiento de Nuremberg para los líderes alemanes y el ardid de reparaciones alemanes.

     

    De acuerdo con Nahum Goldman, ex-presidente del Congreso Mundial Judaico,

     

    “...Aparte de mi encuentro con los supervivientes de los campos de concentración después de la liberación, sólo volví oficialmente a Alemania para encontrarme con Canciller Adenauer y entablar negociaciones sobre reparaciones.  Estas reparaciones constituyen una innovación extraordinaria en términos de la ley internacional.

     

    Hasta entonces, cuando un país perdía una guerra, pagaba indeminizaciones al vencedor, mas era un asunto entre estados, entre gobiernos.  Ahora por la primera vez una nación daba reparaciones a individuos vulgares o a Israel, que no existía legalmente en el tiempo de los crimines de Hitler.  De todos modos, debo admitir que la idea no provino de mí.

     

    Durante la guerra el WJC (World Jewish Congress) había creado un instituto de Asuntos Judeos en Nueva York (su sede ahora está en Londres).  Los directores eran dos grandes juristas judías de Lituania, Jacob y Nehemiah Robinson.  Gracius a ellos, el instituto creyó dos ideas completamente revolucionarias: el tribunal de Nuremberg y reparaciones alemanes.  (Goldman, Nahum, The Jewish Paradox, Grosset & Dunlap, 1978, pag. 122).

     

    Basta sumar dos mas dos.

     

    Reclamaciones de reparaciones son basadas en el número de víctimas – de cierto modo como una reclamación de seguro después de un choque de avión y subsecuente fuego.  Paga mantener estos números elevados.  No hay ningún misterio.

     

    Ahora visualice una compañía de seguros que tiene que pagar por un fuego en el cual, supuestamente, perecieron algunos miembros de la familia.  No es necesario ser un científico de cohetes para percibir que si la compañía de seguros es impedido de verificar documentos vitales, tales como: “... ¿quien estaba registrado en aquel vuelo...? -  un tío o tía “víctima” no existente podría de una manera concebible materializarse, defraudando a compañía de seguros.  Se sabe que estas cosas ya han sido hechas a algunas compañías de seguros.

     

    Para presentar el viejo bulo del “Protocolo de Wannsee” (del 20 de enero de 1942) alegadamente explicando los planes Nazis para “aniquilar los Judíos Europeos” muestra atrevimiento audaz.  Aun el experto judío del Holocausto Yehuda Bauer de la Universidad Hebraica en Jerusalén ha dicho que Wannsee fue un encuentro, mas “difícilmente un conferencia,” y que “poco de lo que fue dicho fue ejecutado en detalle.”

     

    Aquí esta la citación completa, bajo el título: La importancia de Wannsee desestimada, en Canadian Jewish News (Notícias Judaicas de Canadá), 30 de enero de 1992:

     

    “El público aún repite, repetidas veces, las historia tonta que se llegó al exterminio de los judíos en Wannsee.  Wannsee fue apenas un estadio en el desarrollo del proceso de asesinato en masa.” (Canadian Jewish News, Jan. 30, 1992)

     

    De acuerdo con el New York Times, 12 de noviembre de 1989, (Bauer) agregó cuando reprendido diciendo que no quería “...ser una ayuda a los negadores del Holocausto: “Ellos puedan sumar, ustedes saben...” (Auschwitz Revisionism: An Israeli Scholar’s Case, NYT, Nov 12, 1989)

     

    Ellos sí lo hicieron y continúan a hacerlo.

     

    Al hacerlo, ellos “encogieron el Holocausto.”  Tomemos Auschwitcz, por ejemplo.  De acuerdo con un resumen del 10 de diciembre de 1995, preparado por Dr. Faurisson, aquí hay una imagen reveladora:

     

     

     

     

     

    En este gráfico, la barra más alta representa 9 millones de personas, y la más pequeña representa 630.000 – 710.000, de los cuales 470.000 – 550.000 se creen haber sido judíos.  (Para la verdadera y detallada verificación de ambos los números y las fuentes, vaya al documento textual de Dr. Faurisson marcado como Apéndice A)

     

    Los números siempre decrecientes de las “víctimas” de Auschwitz deben dar a personas escépticas – personas que aplican el sentido común a este tópico – una pausa para meditar.  Yehuda Bauer, erudito judío, admitió la falsedad del número de 4 millones en un artículo de noviembre de 1989, donde comente sobre la cruel manipulación de número de víctimas en Auschwitz por los propagandistas zionistas  y comunistas y mentirosos del mismo modo.  (Auschwitz Revisionism: An Israeli Scholar’s Case.  NYT, November 12, 1989.)

     

    Mencionemos también aquí a la Cruz Roja.  Esta presunta organización “humanitaria” tiene mucho que ver con el hecho de que los números son tan dudosos.

     

    La Cruz Roja desempeñó un papel innoble durante y especialmente después del la guerra cuando trataba con las historias y estadísticas de alegadas “atrocidades Nazis.” (Vea el testimonio jurado de Charles Biederman durante el Juramento Zündel) ¿Murieron realmente millones?  Informe de las evidencias en el juramento canadiense de Ernst Zündel por “Noticias Falsas” – 1988, Editado por Barbara Kulaszka , pág. 80-84.  Vale la pena leerlo completamente.)

     

    Abajo ofrezco meramente dos extractos de su testimonio, se resume en las Transcripciones de Zündel por Barbara Kulaszka en su libro: “¿Murieron realmente seis millones?”:

     

    El acceso a los documentos estaba limitado por los Acuerdos de Bona de 1955 antiguos acusados y sus sucesores legales en la base de que los documentos eran todos relacionados a personas y, como tal, no abiertos al público.  (11-2797, 2498).  La formulación usada en el Acuerdo Bona era que los archivos eran “solo para ser evaluados en los intereses de los antiguos acusados mismos o de sus sucesores.”  (12-2676).  La única excepción a esta regla, como fue providenciada bajo los acuerdos, era que representantes de cualquier de los diez gobiernos Aliados del organismo supervisor tenían el derecho de inspeccionar los documentos.  (11-2497)  Cualquier pedido por uno del los diez gobiernos para acceso era revisto por el Director del ITS (Internal Tracing System); si el director sintiese que no era justificado, podía someter el pedido a la Comisión Internacional para la decisión final.  Él no pudo acordarse de algún pedido de Israel haber sido negado. (12-2711)”

     

    En otras palabras, Israel puede ver los datos, pero investigadores e historiadores  alemanes no pueden.  Los revisionistas no pueden.  Ernst Zündel no puede.  Señor Wiesenthal, presupuestamente, puede.

     

    El resumen de la transcripción del juramento de Kulaszka sigue diciendo:

     

    Biedermann confirmó que en el 31 de diciembre de 1983, el número total de muertes registradas con el Special Registry Office y con varias otras oficinas de registros era 373.468.  (11-2515)  Este número representaba certificados de muerte expedidos según pedidos recibidos y era basado, en cuanto al Special Registry Office, en los registros del campo mantenidos por los Nazis durante la guerra.  (11-2516, 2517)

     

    Biedermann estaba de acuerdo de que en una conferencia internacional dirigida por el Comité Internacional de los Campos en Vienna en 1977, el entonces director del ITS, Albert de Cocatrix, dio un discurso que indicaba que al partir del 31 de diciembre de 1976, un total de 357.190 nombres de personas que murieron en los campos de concentración habían sido registrados en el Special Registry Office.  Biedermann confirmó que estos números en verdad provenían del ITS.  (12-2640 a 2646)  Él indicó, sin embargo, que estos números resultaron de pedidos.  Si una familia entera hubiese muerto, no habría nadie para hacer una aplicación para un certificado de muerte.  En segundo lugar, el ITS tenía documentación completa para sólo dos de los veintidós campos de concentración.  Para los restantes, o tenía documentación parcial, o no la tenía.  Por tanto, si se hiciera una aplicación para una persona que alegadamente había muerto en uno del estos campos, el ITS no tendría los registros para justificar un pedido al Special Registry Office.  (12-2647)

     

    En realidad es ridículamente simple.  El juego de números en el cual las reclamaciones de reparación son basadas podría ser lanzado por la tierra mañana.

     

    La Cruz Roja atreves de su Internacional Tracing Service (Servicio de Rastreamento Internacional) en Arolson, encabezado por el delegado de la Cruz Roja, Charles Biedermann, tiene el las manos importante información sobre cada uno de los internados de los campos de concentración que estuviese en un campo de concentración de prisioneros de guerra o campo de concentración civil alemán.  Estas 14 millones piezas de información podrían, con la tecnología de computadoras de hoy en día, programas OCR, etc. ser filtradas, divididas por categoría, analizadas y doblemente verificados.  En un período bastante corto, esta información podría disponerse al público, lo cual pondría un fin efectivo a todos los abusos, interpretaciones dudosas, mentiras y falsificaciones de números reales y alegados de “víctimas Nazis.”

     

    El Gobierno Alemán puede y debería haber verificado los registros de internados hace 50 años.  ¿Por qué no se ha hecho esto?  Una buena respuesta es que entonces habría sido revelado para que lo viera todo el mundo que reclamaciones de reparaciones fueron hechas y que billones fueron pagados y recaudados fraudulentamente durante mucho tiempo.

     

    Existen cartas del Arolson Tracing Service que dan por lo menos una vislumbre parcial de lo que está disponible en esos archivos.  La Cruz Roja, al aceptar el acuerdo o mandato vigente entre las 10 naciones de acuerdo con el cual administra este macabro pero importante legado de la Segunda Guerra Mundial, se ha convertido en cómplice el la ofuscamiento de la investigación y está, de hecho, escondiendo hechos históricos.

     

    Yo estoy en grabación diciendo que la Cruz Roja está deliberadamente obstruyendo una investigación honesta acerca de uno de los capítulos más tristes de las historia humana.  Si a la Cruz Roja no le gusta esta justificada crítica, que salga del negocio de esconder la verdad del público que procura respuestas.

     

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    4. La Afirmación Revisionista: La política oficial del Tercer Reich en relación con los judíos era la de emigración, no la de exterminación.

     

    4.  La Afirmación Revisionista: La política oficial del Tercer Reich en relación con los judíos era la de emigración, no la de exterminación.

     

     

     

    Es verdad que la Alemania de Hitler quería remover a los judíos de la “esfera de influencia” del pueblo alemán.  El país estaba en guerra – una guerra largamente vista como habiendo sido instigada por los banqueros judíos internacionales, y judíos eran vistos como una influencia corrosiva, no sólo económicamente, sino racial y culturalmente.

     

     

     

    Una palabra común usada entonces era “parásitos.”   (Sepa que, en América, un nacional socialista es comúnmente referido como un “cerdo”... Si quiere saber cómo se parece la persecución y demonización moderna de personas indeseadas, experimente esta caricatura.) http://www.web.apc.org/~ara/zundel_r.gif

     

     

     

    La Alemania de Hitler era firme en no querer que los judíos fuesen parte de Alemania porque eran considerados perjudiciales para el tejido de una sociedad étnicamente cohesiva tal como fue tejida por Hitler.  El Führer quería los judíos “fuera de su vista.”  No les tenía mucho cariño.

     

     

     

    Mas es ahí donde la historia para.  Los giros y virajes talmúdicos que algunos de esta gente ejecutan, cuando “realojamiento” y “evacuación” de judíos de repente se transforman en palabras de código por “exterminación,” es asombrante.

     

     

     

    Todo esto fue cubierto en los juicios de Zündel hasta el más mínimo detalle y ha sido reposado para siempre en las transcripciones de esos juicios, ¡ahora documentos permanentes en las bibliotecas de ley judicial canadiense!  Un poco de investigación básica habría permitido a Nizkor llegar lejos.

     

     

     

    El discurso de Himmler en Posen, para ser aun más específico, fue el tema de largo análisis en los dos juicios de Zündel en Toronto.  Detalles minuciosos pueden ser recogidos al estudiar el testimonio del científico político alemán Udo Walendy y Dr. Robert Faurisson en el juicio de 1985 y en el testimonio de Browning, Faurisson, histórico David Irving y Mark Weber en el segundo juicio en 1988.  (Otra vez, la referencia aquí es el libro de Kulaszka, Did Six Million Really Die?)

     

     

     

    Veces sin contar, el Grupo de Presión del Holocausto cuenta con la ingenuidad del lector que muy probablemente no verificará los hechos y afinar su pensamiento sobre lo que significa “evacuación” y “realojamiento.”

     

     

     

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    5. La Afirmación Revisionista: No se ha encontrado ni siquiera un solo documento con la firma de Hitler que manda la exterminación de los judíos.”

     

    5.  La Afirmación Revisionista: No se ha encontrado ni siquiera un solo documento con la firma de Hitler que manda la exterminación de los judíos.”

     

     

     

    Es un desenvolvimiento alentador haber conseguido que el Grupo de Presión del Holocausto en general finalmente admitiese que no hubo nunca, de hecho, una orden del Führer de exterminar a los judíos.  Los Revisionistas se atribuyen por haber conseguido esta admisión.

     

     

     

    En el juicio de Zündel de 1988, el abogado defensor Christie colocó una transparencia en un retroproyector, que afirmaba:

     

     

     

    Alegada Exterminación de los Judíos

     

     

     

    Sin Orden

     

    Sin Plan

     

    Sin Presupuesto

     

    Sin Arma

     

    (Sin informe experto afirmando: “Esta era una cámara de gas homicida”)

     

    Sin Cadáver

     

    (Sin autopsia afirmando: “Esta es o era el cadáver de una persona muerta por gas venenoso.”

     

     

     

    ¡para esta alegada campaña de exterminación en masa!

     

     

     

    Que existía tal orden ha sido una afirmación muy repetida durante décadas, y muchas personas todavía crean que había.  Dr. Raul Hilberg – conocido como el “Papa del Holocausto” por haber escrito “The Destruction of the European Jews,” (frecuentemente conocido como “La Biblia del Holocausto”) un hombre quien es considerado por muchos el “Especialista Nº 1” en materias del Holocausto, ha logrado traer su percepción del Holocausto un poco más de acuerdo con los hechos, gracius a la influecia Revisionista, esto es:

     

     

     

    En su edición de 1961 de su libro, “The Destruction of the European Jews,” Dr. Hilberg escribió que hubo dos órdenes de Hilter.  (Hilberg, Raul, The Destruction of the European Jews, Quadrangel, Chicago, page 177)

     

     

    En el juicio de 1985 de Ernst Zündel, Hilberg continuaba a insistir que las órdenes existían, afirmando que no iría a corregir lo que escribió en 1961 en su nueva edición en preparación.  (Did Six Million Really Die?  Report of the Evidence in the Canadian “False News” Trial of Ernst Zündel – 1988, Edited by Barbara Kulaszka, pág 851-852)

     

     

     

     

    Poco después de su testimonio, Hilberg entonces procedía a eliminar todas las referencias a una Orden de Hitler en el cuerpo de su nueva edición, publicado en 1985.  (Hilberg, Raul, “The Destruction of the European Jews,” Holmes and Meyer, New York, 1985, pág 112-113)

     

     

    En esta nueva edición, la referencia a la “Orden de Hitler” es sepultada en una nota a pie de página que ahora dice lo siguiente:

     

     

    “Así sucedió no tanto un plan siendo llevado a cabo, sino un increíble encuentro de mentes, un consenso, lecturas de mente por una burocracia extendida.”  (Did Six Million Really Die?  Report of the Evidence in the Canadian “False News” Trial of Ernst Zündel – 1988, Edited by Barbara Kulaszka, pág 112-113)

     

     

     

    “¿Se incluyeron señales con la cabeza y los ojos con esto?” preguntó el abogado defensor de Zündel, Douglas Christie, en el juicio de Zündel de 1988.  Dejemos que lo adivine el lector.

     

     

     

    ¿Será que los Nazis susurraron a los oídos los unos con los otros cómo exterminar a millones y millones de judíos?  ¿Creíble?  ¡Tal vez, el Conejo de Pascua también!

     

     

     

    Aun el historiador del Holocausto Christopher Browning se fijó en esto como una alteración interpretativa mayor en el trabajo de Hilberg, llamando su colega “el Hilberg Revisado.” (The Revised Hilberg, Simon Wiesenthal Annual, Volume 3, 1986)

     

     

     

    Por tanto ahora es acordado por ambos amigo y adversario, excepto los que todavía necesitan ponerse al día que no hubo una orden del Führer.

     

     

     

    Lo que se queda son dos palabras incendiarias: “Solución Final” – o, el equivalente en alemán, “Endlösung.”

     

     

     

    Miremos esas palabras.

     

     

     

    Es cierto que las palabras “Endlösung” o “Solución Final” fueron usadas en referencia a los judíos.  ¿Y qué?  ¿Esto prueba alguna cosa?  ¿Significa esto “exterminación?  ¿Una “Solución Final” para el problema del desempleo significa que el gobierno va a exterminar a todos los desempleados?

     

     

     

    Durante la guerra, la frase se usaba en Canadá al tratar con los japoneses – ¡y nadie afirma hoy que Canadá estaba planeando cosas genocidas con referencia a orientales!

     

     

     

    En un documental reciente de la televisión sobre la política canadiense durante tiempo de guerra hacia canadienses de origen japonés, documentos fueron sacados a la luz que hababan de “La Solución Final” para el “problema Japonés” – que eran realojamiento, desnaturalización, y deportación de los japoneses de Canadá a Japón.  Estas fueron exactamente las políticas de Alemania hacia los judíos – por casi las mismas razones.  El país estaba en guerra, y judíos eran vistos como subversivos al gobierno y al esfuerzo de guerra – tal como los japoneses eran vistos como subversivos para las políticas de guerra de Canadá.

     

     

     

    Las políticas de Alemania eran mucho menos basadas en la raza y mucho más de naturaleza ideológica que las de Canadá.  Como materia de hecho y de registro, décimos de miles de judíos vivían y trabajaban en Alemania durante la guerra fuera de campos de concentración, aun en el capital de Hitler, Berlín – uno de ellos siendo el famoso rabí y líder sionista Leo Boeck, ¡quien era un rabí practicante en 1943!

     

     

     

    Si duda eso, ¡verifica en el directorio telefónico de Berlín de 1943!

     

     

     

     

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    6. La Afirmación Revisionista: “Zyklon B era un fumigante. No era agente práctico para el asesino en masa.”

     

    6.  La Afirmación Revisionista: “Zyklon B era un fumigante.  No era agente práctico para el asesino en masa.”

     

     

     

    El Grupo de Presión del Holocausto da un gran énfasis a las numerosas facturas para un compuesto despiojador que han encontrado.  ¿Y qué?  Los piojos que llevaban las enfermedades mortíferas como tifus eran un problema de sanidad horrible durante la Segunda Guerra Mundial tanto para amigo como para enemigos.  En realidad, refugiados y soldados del mismo modo eran rutinariamente y periódicamente despiojados.  (Y, a propósito, su pelo era rapado también para facilitar el despioje.)

     

     

     

    El Ejecito Alemán, las SS, las compañías civiles alemanes, hospitales, fábricas, buques, y demás – todos usaban este compuesto Zyklon B durante la guerra para deshacerse de bichos.  A todos estos se  les expidió facturas.  La Wehrmacht Alemán tenía montones y montones de ellas.  ¿Significa esto que el Ejercito Alemán mataba a todos sus propios soldados?  ¡Qué ridículo!

     

     

     

    Zyklon B era una efectiva manera para matar bichos usada por muchos ejecitos, incluso el Ejecito Estadounidense, bien adentrado en los años setenta.  Aun más al grano, y aun más revelador, es el hecho de que hay muchas facturas de Zyklon B para campos de concentración como Oranienburg y Theresienstadt,

     

     

     

    donde nadie afirma que personas fueron gaseadas.

     

     

     

    Todas estas facturas “incriminatorias,” ya sean para el Ejecito o para los campos de concentración civiles, comprueban sólo una cosa: Los alemanes querían salvar vidas – aun las de sus enemigos – al matar a piojos y a otros bichos.

     

     

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    7. La Afirmación Revisionista: Zyklon B era muy tóxico. Siendo así, habría sido imprudente y contraproducente poner en peligro el personal del Tércer Reich supuestamente ocupado de retirar a los cuerpos de las cámaras de ejecución poco después de que fueran “gaseados.”

     

    7.  La Afirmación Revisionista: Zyklon B era muy tóxico.  Siendo así, habría sido imprudente y contraproducente poner en peligro el personal del Tércer Reich supuestamente ocupado de retirar a los cuerpos de las cámaras de ejecución poco después de que fueran “gaseados.”

     

     

     

    La historia fraudulenta de ventiladores poderosos instalados en las alegadas cámaras de gas, que en realidad eran morgues, ha sido frecuentemente repetida.  Cualquiera con sentido común puede visitar Auschwitz-Birkenau y mirar la estrecha proximidad de las alegadas “cámaras de gas” a la cafetería y el hospital de las SS separados por unos cuantos metros cruzando la calle.  No verán ventiladores poderosos, ni tornillos ni tuercas, ni soportes ni anclas para ellos, ni chimeneas altas similares a las que existen, por ejemplo, en el complejo de cámaras de gas de casa de muerte  en Parchmont, Missisippi y otras cámaras de gas de los Estados Unidos – dispositivos para expeler y disipar el gas mortífero.

     

     

     

    Es más, hay relatos – por ejemplo, ¡la “confession” de Hoess obtenida a través de la tortura bestial! – de varios de los del Grupo de Presión del Holocausto que los “Sonderkommandos” entraban las alegadas cámaras de gas para remover a los muertos apenas algunos minutos después de los “gasamientos” – ¡fumando, comiendo y bebiendo!  No podían hacer eso con máscaras de gas puestas.

     

     

     

    Vaya a Auschwitz.  Vaya a Birkenau.  Mire los hornos crematorios supuestamente en operación 24 horas por día, justamente al lado de la “cámara de gas.”  ¡Entre las dos salas no había ni una puerta!  Es evidente que no había sido prevista una puerta.

     

     

     

    Nosotros tenemos pruebas forenses, verificables independientemente,  a través de las muestras y raspaduras traídas de esas instalaciones por el muy difamado Fred Leuchter y el científico alemán Germar Rudolf, mostrando ausencia de residuo o muy poco residuo del Zyklon B que, según el difunto Dr. William Lindsey, químico de alto rango, para la gran compañía estadounidense, Du Pont of America, todavía debería de estarle agarrado al hierro en arena, hormigón, durante cientos, por no decir millares de años.  (Lindsey, William B. “Zyclon B., Auschwitz and the Trial of Dr. Bruno Tesch,” Journal of Historical Review, 4, (1983: 261-303.)

     

     

     

    Las muestras tomadas por el procedimiento de Leuchter con guantes de caucho y máscaras faciales puestos, fechándolas, identificándolas y guardándolas en doble bolsas de plástico estériles, fueron filmadas como una precaución antes de que fueran llevadas a los Estados Unidos y analizadas por Alpha Laboratories de Ashland, MA, por Dr. James Roth, un profesor de Química veterano de diez años en la Universidad de Cornell.  Dr. Roth fue acreditado como especialista en su campo por la Corte de Toronto durante el juicio de Zündel de 1988.  (Roth Testimony as summarized in Did Six Million Really Die?  Report of the Evidence in the Canadian “False News” Trial of Ernst Zündel – 1988, Edited by Barbara Kulaszka, pág 362-363)

     

     

     

    Conpruebe el testimonio de Dr. Roth y entonces calle para siempre.

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    8ª. La Afirmación Revisionista: Experto norteamericano en ejecuciones, Fred Leuchter, pronunció un adelanto de la ciencia al probar que la supuestas cámaras de gas de Auschwitz no pudieron haber sido usadas para su presunto propósito.

     

    8ª.  La Afirmación Revisionista: Experto norteamericano en ejecuciones, Fred Leuchter, pronunció un adelanto de la ciencia al probar que la supuestas cámaras de gas de Auschwitz no pudieron haber sido usadas para su presunto propósito.

     

     

     

    Después de los Informes Leuchter, Fred Leuchter ha sido atacado maliciosamente por dos razones: 1) No era licenciado en la ingeniería cuando escribió sus investigaciones pioneras, y 2) la defensa Zündel le pagó y, por lo tanto, estaba en deuda con la punta de vista revisionista.

     

     

     

    No se sabe si algo es bueno hasta que se lo pone a prueba.

     

     

     

    Es cierto que Leuchter no era licenciado en la ingeniería.  Jesucristo no era licenciado en el cristianismo.  Marx no era licenciado en el marxismo.

     

     

     

    Lo que encontró Leuchter puede ser, y ha sido, comprobado independientemente por ingenieros quiénes son licenciados en la ingeniería y cuentan con antecedentes académicos impecables.

     

     

     

    Fred Leuchter, antes de tener su carrera y reputación arruinadas por el Grupo de Presión del Holocausto, era un especialista solicitado en equipos para ejecuciones de todo tipo en América, según el alcaide Bill Armontrout, quien lo recomendó.

     

     

     

    El alcaide Bill Armontrout, testificó en el juicio de Zündel en 1988 que sólo había un consultor que conocía en los Estados Unidos en el diseño, funcionamiento y mantenimiento de cámaras de gas, y ése era Fred Leuchter.

     

     

     

    Era Armontrout quien le exhortaba a Zündel a contactar a Leuchter.  (Armontrout Testimony: As summarized in “Did Six Million Really Die?  Report of the Evidence in the Canadian “False News” Trial of Ernst Zündel – 1988, editado por Barbara Kulaszka, pág 351-353)

     

     

     

    Leuchter era un hombre de su campo sumamente competente, bien pagado y respetado – hasta que fue arruinado económicamente y en su reputación por los ataques maliciosos del Grupo de Presión del Holocausto que veía la lucrativa extorsión, de billones de dólares durante años, cuestionada por las conclusiones de Leuchter.  Además, Leuchter fue calificado como testigo experto por el juez Thomas durante le juicio Zündel.  Cualquier investigador dedicado podía haber comprobado eso analizando las transcripciones del juicio de Zündel en 1988 relativo al testimonio de Leuchter.  (Leuchter Testimony as summarized in Did Six Million Really Die? Report of the Evidence in the Canadian "False News" Trial of Ernst Zündel - 1988, Editado por Barbara Kulaszka, pág 354-362)

     

     

     

    La segunda acusación es que Leuchter fue pagado por la defensa Zündel –y,  por consiguiente, sus conclusiones son calificadas automáticamente “de dudosa autenticidad.”

     

     

     

    Por supuesto Fred Leuchter fue pagado por la defensa Zündel.   Él fue contratado ir a Auschwitz en una misión secreta y muy dramática mientras Ernst Zündel estaban siendo procesado en Toronto en 1988, luchando por su libertad y reputación.  No había tiempo ni dinero para andar en busca de alguien más.  Él no era un especialista irresponsable, como se ha reivindicado muchas veces.

     

     

     

    Es más, Leuchter les expuso desde el principio a Zündel y a su abogado, antes de que fuese a Auschwitz, que creía la afirmación de la cámara de gas de Auschwitz, y que si se verificara la afirmación, que lo expondría bajo juramento y en su informe.

     

     

     

    Aun así, Zündel lo contrató y lo mandó porque estaba seguro de los hechos y contaba con la integridad profesional de Leuchter.

     

     

     

    Leuchter fue.  Vio.  Regresó un hombre mucho más iluminado.

     

     

     

    Lea lo que él tenía para decir.  (Leuchter, Fred A. The Leuchter Report:  The How and the Why.  Journal of Historical Review 9, (1989):  133-139.)

     

     

     

    Entonces Leuchter fue pagado por su trabajo.  ¿Y qué?  ¿Quién pagó la investigación y el libro de Pressac?  ¿Quién pagó el estudio del caso Zündel resumido en un libro titulado “Hate on Trial?”  (Gabriel Weimann and Conrad Winn, Hate on Trial, Mosaic Press, Oakville, 1986)

     

     

     

    (¡No, no quien piensa!  ¡Por lo menos en parte, fue pagado por los contribuyentes canadienses!)

     

     

     

    Dr. Hilberg y Dr. Browning fueron pagados por el gobierno de Canadá por su pericia para reafirmar la afirmación del Grupo de Presión del Holocausto.  Sólo Browning recibió casi $25,000 por testificar contra Ernst Zündel – por gentileza de los contribuyentes canadienses.

     

     

     

    ¿Será que estos dos hechos, que Leuchter fue pagado, y que Leuchter no tenía los sellos de caucho necesarios para hacer el trabajo invalidaron las conclusiones científicas que puedan ser comprobadas y verificadas?  Cuando se le pidió a Leuchter qué impedía que alguien fuera pagado para difamar sus conclusiones científicas, Leuchter simplemente respondió:

     

     

     

    “Cualquiera que hiciese eso arriesgaría su posición profesional.”

     

     

     

    ¿Habrá profesionales muy reputados en el campo de la ingeniería que estén dispuestos a presentarse y reproducir lo que hizo Leuchter?  Tendremos que aguardar para ver.

     

     

     

    La realidad revisionista está desalentadora.  Ahora mismo en Alemania, si un científico verifica las conclusiones de Leuchter, este científico pierde su trabajo y va a la cárcel.  Otro caso es el Informe Lüftl.  Walter Lüftl es un ingeniero austriaco.  Él fue por años presidente de la Orden de Ingenieros Austriacos, el organismo representante de todos los ingenieros austriacos.  Era un perito aprobado por las cortes que era llamado frecuentemente para testificar en materias de ingeniería.  Investigó Auschwitz y llegó a conclusiones similares a las de Leuchter.  Los austriacos de inmediato le acusaron criminalmente por exponer su mejor punto de vista de ingeniería – que las instalaciones de Auschwitz de “gaseamiento” eran falsificaciones.  Esto le causó inmensa aflicción.  Como consecuencia, dimitió de su posición.  Los medios de comunicación tuvieron un festín.  Después de varios años, el caso fue abandonado silenciosamente por el estado.  Peor aún fue lo que aconteció con el joven Germar Rudolf, un científico alemán con las mejores calificaciones, sin la menor mancha en sus credenciales o su currículum.  Escribió un informe magnífico.  (Das Rudolf Gutachten, Cromwell Press, 1993.)  Su vida y carrera están arruinadas, al tiempo que la fortuna de Browning aumentó.

     

     

     

    Por sólo esta razón, no se ven muchas personas ofreciéndose a viajar a Auschwitz con sus propios equipos de ingeniería.

     

     

     

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    En resumen.

     

     

     

    Nadie niega los campos de concentración.   Eran centros de detención, en cantidades no tan grandes como se afirma.  No eran centros de asesinato.

     

     

     

    De hecho, según la serie de libros Time Life sobre prisioneros, campos de concentración alemanes eran un sexto del número de campos que los Estados Unidos tenía para los japoneses, alemanes, italianos y prisioneros de guerra, y considerablemente pocos campos que el despiadado aliado de los Aliados, Stalin, tenía en su Gulag.

     

     

     

    Estos campos como Auschwitz albergaban judíos, entre muchas nacionalidades.  También albergaban criminales, incluyendo criminales alemanes.  Albergaban traidores, espías y otros quiénes estaban saboteando Alemania en guerra.

     

     

     

    Una vez más: Eran centros de detención.  NO eran centros de asesinato.

     

     

     

    Nadie sobrevivió los pelotónes asesinos en Katyn, y pocos si algunos sobrevivieron las tumbas heladas de Kolyma y muchos otros campos de Stalin.  Vale la pena repetir que en el infame “Holocausto” tenemos el único caso de ¨genocidio¨ que es “probado” diariamente por los sobrevivientes.

     

     

     

    Es tristemente verdad que décimas de miles de todas tipas de nacionalidades murieron en campos alemanes diferentes, mayormente de enfermedades causadas por desnutrición, congestionamiento, falta de higiene y de medicamentos.  Sin duda algunos murieron de negligencia e incluso del cruel tratamiento por guardias brutales.  La naturaleza humana, siendo lo que es y era, debía de haber atrocidades.  ¿Quién puede suponer cómo un guardia pudiera haber sentido o actuado cuando acaba de enterarse que su bebé fue incinerado en el verdadero Holocausto que se llama Dresden – una ciudad indefensa, sin importancia estratégica, llena de refugiados?  ¿Y si acaba de informarse de que su propia madre yace sepultada en las ruinas de Hamberg o de Berlin?  No se sentiría bondadoso para con aquellos que consideraba enemigos.  Bajo las circunstancias, los judíos podría haber estado en los primeros de esa lista.

     

     

     

    Estas experiencias no eran únicas a los “campos Nazi.”

     

     

     

    Eran compartidos por décimos de millones en los Gulag de Stalin en campos políticos y de prisioneros de guerra.  Este destino era compartido por los holandeses a las manos de los japoneses, y por los británicos y canadienses en Birmania, Singapur y Hong Kong.  Era compartido por los americanos el los Filipinos, y por los alemanes in Polonia, Checoslovakia, Yugoslavia y Francia.

     

     

     

    Y no debemos olvidarnos de que era compartido por los alemanes en Alemania después de la guerra en los campos de muerte Rheinwiesen del Ejecito Americano, descritos por el autor canadiense James Bacque en su libro “Other Losses” y en su libro recientemente publicado, “Of Crimes and Mercies” sobre esta tema.  Bacque afirma que nueve millones de alemanes murieron como resultado directo de una deliberada política de los Aliados.

     

     

     

    Todas estas muertes fueran muertes trágicas.  Fueron trágicas para judíos, y fueron trágicas para alemanes.  Fueron trágicas para todos los involucrados en esa guerra.  Para citar Dr. Robert Faurisson, Revisionista eminente: “Continúa a hablar sobre crímenes de guerra.  La guerra en si es el crimen.

     

     

     

    Reivindicar que hubo atrocidades y después equipararlas con el genocidio es maliciosamente engañador.  El enigma estadístico y logístico de dónde cuáles judíos fueron para qué campos, y por qué, y cuándo, fue documentado hace mucho tiempo por un libro muy detallado por Walter Sanning llamado “La Disolución de los Judíos Europeos.”  (Sanning:  “The Dissolution of European Jewry.”)

     

     

     

    En las últimas vueltas y revoluciones de la danza del Grupo de Presión del Holocausto por el Gran Mito del Holocausto ellos pretenden que creamos que los campos de muerte eran principalmente en el “Este,” (Donde se decía que la mayoría de los judíos vivían) y que pocos murieron en el “Viejo Reich Alemán” – porque podría haber sido más fácil de guardar un secreto en el Este.

     

     

     

    ¡Caramba!  ¡Qué revelación!

     

     

     

    El hecho es que décimas de miles de gente era transportaba de Auschwitz en Polonia a otros campos en Altreich (Alemania propiamente dicha) a fin de la guerra – Elie Wiesel, Sabina Citron and Anne Frank entre ellos.

     

     

     

    Esto se hizo a cuenta de y a inconveniencia de Alemania.  No se hizo precisamente para matarlos.  Se les podría haber dejado para que se muriesen del hambre en los campos de concentración abandonados mientras la gente estaba huyendo desordenadamente para escaparse del comunismo.

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    No hubo “campos de muerte” alemanes.  Punto.  Gente murió en cada campo de concentración durante el tiempo de guerra debido a una cantidad de razones tristes, incluyendo la vejez.

     

     

     

    Un último punto se precisa hacer, y tiene que ver con la mundialmente famosa Placa de Auschwitz.

     

     

     

    Por décadas, se reivindicaba en esta placa que cuatro millones de personas fueron muertas de manera genocida en Auschwitz.  Como se resume por Dr. Faurisson, hasta el tres de abril de 1990, esta Placa “conmemorativa” – donde el Papa y los presidentes de muchas naciones fueron llevados para que pudieran hacer una genuflexión a víctimas inexistentes, tenía la siguiente inscripción en diecinueve lenguas:

     

     

     

    “Cuatro millones de personas sufrieron y murieron aquí a manos de los asesinos nazis entre los años 1940 y 1945.”

     

     

     

    Por casi medio siglo, aproximadamente 500.000 crédulos turistas han sido engañados deliberadamente por estafadores intelectuales y sinvergüenzas inmorales mientras visitaban el parque temático de mentiras y horrores anti-alemanes en Auschwitz y Birkenau – donde por décadas los guías de turismo, libros y películas insistían en que todo lo que vieran estaba en su “estado original.”

     

     

     

    El nuevo texto se lea de la siguiente manera:

     

     

     

    “Que este lugar donde los Nazis asesinaron a 1.500.000 hombres, mujeres y niños, en su mayoría judíos de diversos países europeos, sea para la humanidad un grito de desesperación y advertencia.” (Luc Rosenzweig, “Auschwitz, la Pologne et legénocide” (Tr.’s Note: Auschwitz, Poland and the genocide), Le Monde, January 27, 1995, pág 1.)

     

     

     

    ¿Por qué se bajo la cifra?

     

     

     

    Ahora el Grupo de Presión del Holocausto dice, “Pues, que pena, no fuimos nosotros.  Los soviéticos soñaron con aquellos números.”

     

     

     

    Según esta línea de argumentación, los soviéticos malvados

     

     

     

    “... intencionalmente exageraron el número de víctimas no judías en Auschwitz-Birkenau muchas veces más que el número real.  Con el fin del comunismo en Polonia y en la antigua Unión Soviética, oficiales en el museo de Auschwitz han bajado meticulosamente las cifras de víctimas de acuerdo con los cálculos aproximados de historiadores que, durante años, habían insistido en que entre una y un millón y media de gente había perecido en Auschwitz-Birkenau – 80-90% de ellos judíos.  (The Breitbard Document, as published by the Simon Wiesenthal Center )

     

     

     

    Claro, culpe a los rusos y a los polacos.  No dé a los Revisionistas el crédito que los números van disminuyéndose constantemente bajo la lupa de escrutinio erudito.

     

     

     

    ¿Por qué no eche un vistazo al revelador gráfico de Dr. Faurisson?

     

     

     

     

     

     

     

    El Dr. Faurisson, como es su estilo, siendo el erudito cuidadoso e investigador meticuloso que es, un hombre que es escrupulosamente honesto con amigos y adversarios, le informará lo que se sabe hasta ahora.  (Explanación completa en el Apéndice A)

     

     

     

    El Gráfico arriba fue efectuado en diciembre de 1995 en respuesta a un anuncio que fue colocado por la Anti-Defamación League en New York Times.  Este anuncio pedía: ¿Qué pasó con los judíos desaparecidos?

     

     

     

    Esto es precisamente lo que preguntan los Revisionistas – una pregunta por la que han sido acosados, golpeados, escupidos, vilipendiados, acusados, juzgados, y encarcelados y hasta matados.  ¿Por qué es “criminal” querer saber por qué los números están disminuyéndose con frecuencia?

     

     

     

    ¿No son buenas noticias, en vez de malas noticias, saber que millones no murieron en Auschwitz?  ¿No es esto una razón para regocijarse?

     

     

     

    ¿Será que alguna vez sabremos lo que aconteció y cuántas víctimas hubo?  ¡No si no podemos hacer preguntas!

     

     

     

    Después de una intensa campaña de cartas iniciado por el Equipo Zündel y dirigida al señor Gorbachev hace unos años, los soviéticos por fin hicieron públicos los Libros de Muerte de Auschwitz restantes, que habían capturado en 1945.

     

     

     

    ¡Sorpresa!  ¿Sabe qué?

     

     

     

    Las supuestas “cuatro millones,” revisadas a “un millón y media,” ¡han diminuido a 74.000 muertes probadas!

     

     

     

    ¡Todas anotadas meticulosamente – nombre, fecha, nacionalidad, religión, tiempo, razón y causa de muerte!

     

     

     

    Investigador alemán Tjudar Rudolf, que domina el alemán, inglés, francesa, yiddish, y polaco y entiende la mayoría de nombres y lenguas eslovacas, ha escrudiñado todos estos libros Soviéticos-Auschwitz  de registros de muertes y sumó el número de muertes Judías de acuerdo con el nombre y religión – aun permitiendo nombres eslavizados.

     

     

     

    ¿El resultado final?

     

     

     

    Pocos más de 30.000 judíos muertos en Auschwitz.

     

     

     

    ¡Fue eso que el Revisionismo del “Holocausto” consiguió!

     

     

     

    De todo lo que sabemos hoy, según el análisis erudito de este hombre, cerca de 30.000 Judíos perdieron entonces sus vidas, principalmente de enfermedades y congestión, en Auschwitz y los campos de trabajo circundantes afiliados con el complejo principal en Auschwitz.

     

     

     

    Este número de personas es suficientemente trágico.  ¿Por qué la necesidad de exagerar?  ¿Para justificar qué?  ¿Una campaña maliciosa de odio por medio siglo contra un ex enemigo?  ¿Un régimen que entró las páginas de la historia hace 50 años?

     

     

     

    ¿Es esto de que todo esto se trata?

     

     

     

    O no es esto para mantener a los alemanes en una perpetua esclavitud mental, política y económica y para hacerlos susceptibles a nuevos, finamente organizados planes de chantaje que han extorsionado más de 100 Mil Millones de Marcos Alemanes para los miembros del Grupo de Presión del Holocausto y para los miembros de su tribu, instituciones y organizaciones –incluyendo el Estado de Israel?  Lo cual ni siquiera existía en el tiempo de los allegados crímenes que fueron supuestamente cometidos por los Nazis?

     

     

     

    El abuso étnico de Alemanes y de Alemanía debe pararse.  El Holocausto no es, y nunca ha sido, sobre la promovida “Victimización Judía.”  Se trata de la extorsión.  La política de poder.  ¡Y dinero, venganza, y odio!

     

     

     

    La gente Alemana, muchos de los cuales ni siquiera eran nacidos cuando la tragedia de la Segunda Guerra Mundial sucedió a su país, ha estado pagando enormes, enormes sumas de reparaciones al estado Judío y la gente – muchos de ellos son beneficiarios que, de igual manera, no eran nacidos cuando pasó lo que el mundo ha sido instruido llamar “el Holocausto.”

     

     

     

    Estos alemanes tienen derecho a todos los hechos.  El Grupo de Presión del Holocausto está descaradamente distorsionando “los hechos” para que sostengan la agenda de intolerancia hacia todos los que cuestionen sus métodos y metas clandestinos y sin conciencia, empleando agentes secretos, fondos para sobornos, boicotes, amenazas, y terrorismo Holocausto.

     

     

     

    Victimizando a nuevas generaciones de Alemanes por las fechorías, reales y imaginados, de sus abuelos y pronto bis-abuelos no es una manera de traer la paz y armonía al mundo.

     

     

     

    Ernst Zündel está en grabación diciendo que los perseguidos de ayer se han convertido en los perseguidores de hoy.

     

     

     

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    4 de abril de 1996