8ª.
La Afirmación Revisionista: Experto norteamericano en ejecuciones, Fred
Leuchter, pronunció un adelanto de la ciencia al probar que la supuestas cámaras
de gas de Auschwitz no pudieron haber sido usadas para su presunto propósito.
Después
de los Informes Leuchter, Fred Leuchter ha sido atacado maliciosamente por dos
razones: 1) No era licenciado en la ingeniería cuando escribió sus
investigaciones pioneras, y 2) la defensa Zündel le pagó y, por lo tanto,
estaba en deuda con la punta de vista revisionista.
No se
sabe si algo es bueno hasta que se lo pone a prueba.
Es
cierto que Leuchter no era licenciado en la ingeniería.
Jesucristo no era licenciado en el cristianismo.
Marx no era licenciado en el marxismo.
Lo que
encontró Leuchter puede ser, y ha sido, comprobado independientemente por
ingenieros quiénes son licenciados en la ingeniería y cuentan con antecedentes
académicos impecables.
Fred
Leuchter, antes de tener su carrera y reputación arruinadas por el Grupo de
Presión del Holocausto, era un especialista solicitado en equipos para
ejecuciones de todo tipo en América, según el alcaide Bill Armontrout, quien
lo recomendó.
El
alcaide Bill Armontrout, testificó en el juicio de Zündel en 1988 que sólo
había un consultor que conocía en los Estados Unidos en el diseño,
funcionamiento y mantenimiento de cámaras de gas, y ése era Fred Leuchter.
Era Armontrout quien le exhortaba a Zündel a contactar a Leuchter. (Armontrout Testimony: As summarized in “Did Six Million Really Die? Report of the Evidence in the Canadian “False News” Trial of Ernst Zündel – 1988, editado por Barbara Kulaszka, pág 351-353)
Leuchter era un hombre de su campo sumamente competente, bien pagado y respetado – hasta que fue arruinado económicamente y en su reputación por los ataques maliciosos del Grupo de Presión del Holocausto que veía la lucrativa extorsión, de billones de dólares durante años, cuestionada por las conclusiones de Leuchter. Además, Leuchter fue calificado como testigo experto por el juez Thomas durante le juicio Zündel. Cualquier investigador dedicado podía haber comprobado eso analizando las transcripciones del juicio de Zündel en 1988 relativo al testimonio de Leuchter. (Leuchter Testimony as summarized in Did Six Million Really Die? Report of the Evidence in the Canadian "False News" Trial of Ernst Zündel - 1988, Editado por Barbara Kulaszka, pág 354-362)
La
segunda acusación es que Leuchter fue pagado por la defensa Zündel –y,
por consiguiente, sus conclusiones son calificadas automáticamente “de
dudosa autenticidad.”
Por
supuesto Fred Leuchter fue pagado por la defensa Zündel.
Él fue contratado ir a Auschwitz en una misión secreta y muy dramática
mientras Ernst Zündel estaban siendo procesado en Toronto en 1988, luchando por
su libertad y reputación. No había
tiempo ni dinero para andar en busca de alguien más.
Él no era un especialista irresponsable, como se ha reivindicado muchas
veces.
Es más,
Leuchter les expuso desde el principio a Zündel y a su abogado, antes de que
fuese a Auschwitz, que creía la afirmación de la cámara de gas de Auschwitz,
y que si se verificara la afirmación, que lo expondría bajo juramento y en su
informe.
Aun así,
Zündel lo contrató y lo mandó porque estaba seguro de los hechos y contaba
con la integridad profesional de Leuchter.
Leuchter
fue. Vio.
Regresó un hombre mucho más iluminado.
Lea lo
que él tenía para decir. (Leuchter,
Fred A. The Leuchter Report:
The How and the Why. Journal
of Historical Review 9, (1989): 133-139.)
Entonces Leuchter fue pagado por su trabajo. ¿Y qué? ¿Quién pagó la investigación y el libro de Pressac? ¿Quién pagó el estudio del caso Zündel resumido en un libro titulado “Hate on Trial?” (Gabriel Weimann and Conrad Winn, Hate on Trial, Mosaic Press, Oakville, 1986)
(¡No,
no quien piensa! ¡Por lo menos en
parte, fue pagado por los contribuyentes canadienses!)
Dr.
Hilberg y Dr. Browning fueron pagados por el gobierno de Canadá por su pericia
para reafirmar la afirmación del Grupo de Presión del Holocausto.
Sólo Browning recibió casi $25,000 por testificar contra Ernst Zündel
– por gentileza de los contribuyentes canadienses.
¿Será
que estos dos hechos, que Leuchter fue pagado, y que Leuchter no tenía los
sellos de caucho necesarios para hacer el trabajo invalidaron las conclusiones
científicas que puedan ser comprobadas y verificadas?
Cuando se le pidió a Leuchter qué impedía que alguien fuera pagado
para difamar sus conclusiones científicas, Leuchter simplemente respondió:
“Cualquiera
que hiciese eso arriesgaría su posición profesional.”
¿Habrá
profesionales muy reputados en el campo de la ingeniería que estén dispuestos
a presentarse y reproducir lo que hizo Leuchter?
Tendremos que aguardar para ver.
La
realidad revisionista está desalentadora. Ahora
mismo en Alemania, si un científico verifica las conclusiones de Leuchter, este
científico pierde su trabajo y va a la cárcel.
Otro caso es el Informe Lüftl. Walter
Lüftl es un ingeniero austriaco. Él
fue por años presidente de la Orden de Ingenieros Austriacos, el organismo
representante de todos los ingenieros austriacos.
Era un perito aprobado por las cortes que era llamado frecuentemente para
testificar en materias de ingeniería. Investigó
Auschwitz y llegó a conclusiones similares a las de Leuchter.
Los austriacos de inmediato le acusaron criminalmente por exponer su
mejor punto de vista de ingeniería – que las instalaciones de Auschwitz de
“gaseamiento” eran falsificaciones. Esto
le causó inmensa aflicción. Como
consecuencia, dimitió de su posición. Los
medios de comunicación tuvieron un festín.
Después de varios años, el caso fue abandonado silenciosamente por el
estado. Peor aún fue lo que
aconteció con el joven Germar Rudolf, un científico alemán con las mejores
calificaciones, sin la menor mancha en sus credenciales o su currículum.
Escribió un informe magnífico. (Das
Rudolf Gutachten, Cromwell Press, 1993.) Su
vida y carrera están arruinadas, al tiempo que la fortuna de Browning aumentó.
Por sólo
esta razón, no se ven muchas personas ofreciéndose a viajar a Auschwitz con
sus propios equipos de ingeniería.
_____
En
resumen.
Nadie
niega los campos de concentración. Eran
centros de detención, en cantidades no tan grandes como se afirma.
No eran centros de asesinato.
De hecho,
según la serie de libros Time Life sobre prisioneros, campos de concentración
alemanes eran un sexto del número de campos que los Estados Unidos tenía para
los japoneses, alemanes, italianos y prisioneros de guerra, y considerablemente
pocos campos que el despiadado aliado de los Aliados, Stalin, tenía en su
Gulag.
Estos
campos como Auschwitz albergaban judíos, entre muchas nacionalidades.
También albergaban criminales, incluyendo criminales alemanes.
Albergaban traidores, espías y otros quiénes estaban saboteando
Alemania en guerra.
Una
vez más: Eran centros de detención. NO
eran centros de asesinato.
Nadie
sobrevivió los pelotónes asesinos en Katyn, y pocos si algunos sobrevivieron
las tumbas heladas de Kolyma y muchos otros campos de Stalin.
Vale la pena repetir que en el infame “Holocausto” tenemos el único
caso de ¨genocidio¨ que es “probado” diariamente por los sobrevivientes.
Es
tristemente verdad que décimas de miles de todas tipas de nacionalidades
murieron en campos alemanes diferentes, mayormente de enfermedades causadas por
desnutrición, congestionamiento, falta de higiene y de medicamentos.
Sin duda algunos murieron de negligencia e incluso del cruel tratamiento
por guardias brutales. La naturaleza
humana, siendo lo que es y era, debía de haber atrocidades.
¿Quién puede suponer cómo un guardia pudiera haber sentido o actuado
cuando acaba de enterarse que su bebé fue incinerado en el verdadero Holocausto
que se llama Dresden – una ciudad indefensa, sin importancia estratégica,
llena de refugiados? ¿Y si acaba de
informarse de que su propia madre yace sepultada en las ruinas de Hamberg o de
Berlin? No se sentiría bondadoso
para con aquellos que consideraba enemigos.
Bajo las circunstancias, los judíos podría haber estado en los primeros
de esa lista.
Estas
experiencias no eran únicas a los “campos Nazi.”
Eran
compartidos por décimos de millones en los Gulag de Stalin en campos políticos
y de prisioneros de guerra. Este
destino era compartido por los holandeses a las manos de los japoneses, y por
los británicos y canadienses en Birmania, Singapur y Hong Kong.
Era compartido por los americanos el los Filipinos, y por los alemanes in
Polonia, Checoslovakia, Yugoslavia y Francia.
Y no
debemos olvidarnos de que era compartido por los alemanes en Alemania después
de la guerra en los campos de muerte Rheinwiesen del Ejecito Americano,
descritos por el autor canadiense James Bacque en su libro “Other Losses” y
en su libro recientemente publicado, “Of Crimes and Mercies” sobre esta tema.
Bacque afirma que nueve millones de alemanes murieron como resultado
directo de una deliberada política de los Aliados.
Todas
estas muertes fueran muertes trágicas. Fueron
trágicas para judíos, y fueron trágicas para alemanes.
Fueron trágicas para todos los involucrados en esa guerra.
Para citar Dr. Robert Faurisson, Revisionista eminente: “Continúa a
hablar sobre crímenes de guerra. La
guerra en si es el crimen.
Reivindicar
que hubo atrocidades y después equipararlas con el genocidio es maliciosamente
engañador. El enigma estadístico y
logístico de dónde cuáles judíos fueron para qué campos, y por qué, y cuándo,
fue documentado hace mucho tiempo por un libro muy detallado por Walter Sanning
llamado “La Disolución de los Judíos
Europeos.” (Sanning:
“The Dissolution of European Jewry.”)
En las
últimas vueltas y revoluciones de la danza del Grupo de Presión del Holocausto
por el Gran Mito del Holocausto ellos pretenden que creamos que los campos de
muerte eran principalmente en el “Este,” (Donde se decía que la mayoría de
los judíos vivían) y que pocos murieron en el “Viejo Reich Alemán” –
porque podría haber sido más fácil de guardar un secreto en el Este.
¡Caramba!
¡Qué revelación!
El hecho
es que décimas de miles de gente era transportaba de Auschwitz en Polonia a
otros campos en Altreich (Alemania propiamente dicha) a fin de la guerra –
Elie Wiesel, Sabina Citron and Anne Frank entre ellos.
Esto se
hizo a cuenta de y a inconveniencia de Alemania.
No se hizo precisamente para matarlos.
Se les podría haber dejado para que se muriesen del hambre en los campos
de concentración abandonados mientras la gente estaba huyendo desordenadamente
para escaparse del comunismo.
No
hubo “campos de muerte” alemanes. Punto.
Gente murió en cada campo de concentración durante el tiempo de guerra
debido a una cantidad de razones tristes, incluyendo la vejez.
Un último
punto se precisa hacer, y tiene que ver con la mundialmente famosa Placa de
Auschwitz.
Por décadas,
se reivindicaba en esta placa que cuatro millones de personas fueron muertas de
manera genocida en Auschwitz. Como
se resume por Dr. Faurisson, hasta el tres de abril de 1990, esta Placa
“conmemorativa” – donde el Papa y los presidentes de muchas naciones
fueron llevados para que pudieran hacer una genuflexión a víctimas
inexistentes, tenía la siguiente inscripción en diecinueve lenguas:
“Cuatro
millones de personas sufrieron y murieron aquí a manos de los asesinos nazis
entre los años 1940 y 1945.”
Por casi
medio siglo, aproximadamente 500.000 crédulos turistas han sido engañados
deliberadamente por estafadores intelectuales y sinvergüenzas inmorales
mientras visitaban el parque temático de mentiras y horrores anti-alemanes en
Auschwitz y Birkenau – donde por décadas los guías de turismo, libros y películas
insistían en que todo lo que vieran estaba en su “estado original.”
El nuevo
texto se lea de la siguiente manera:
“Que
este lugar donde los Nazis asesinaron a 1.500.000 hombres, mujeres y niños, en
su mayoría judíos de diversos países europeos, sea para la humanidad un grito
de desesperación y advertencia.” (Luc Rosenzweig, “Auschwitz, la
Pologne et legénocide” (Tr.’s Note: Auschwitz, Poland and the
genocide), Le Monde, January 27, 1995, pág 1.)
¿Por qué
se bajo la cifra?
Ahora el
Grupo de Presión del Holocausto dice, “Pues, que pena, no fuimos nosotros.
Los soviéticos soñaron con aquellos números.”
Según
esta línea de argumentación, los soviéticos malvados
“...
intencionalmente exageraron el número de víctimas no judías en Auschwitz-Birkenau
muchas veces más que el número real. Con
el fin del comunismo en Polonia y en la antigua Unión Soviética, oficiales en
el museo de Auschwitz han bajado meticulosamente las cifras de víctimas de
acuerdo con los cálculos aproximados de historiadores que, durante años, habían
insistido en que entre una y un millón y media de gente había perecido en
Auschwitz-Birkenau – 80-90% de ellos judíos.
(The Breitbard Document, as published by the
Claro,
culpe a los rusos y a los polacos. No
dé a los Revisionistas el crédito que los números van disminuyéndose
constantemente bajo la lupa de escrutinio erudito.
¿Por qué
no eche un vistazo al revelador gráfico de Dr. Faurisson?
El Dr.
Faurisson, como es su estilo, siendo el erudito cuidadoso e investigador
meticuloso que es, un hombre que es escrupulosamente honesto con amigos y
adversarios, le informará lo que se sabe hasta ahora.
(Explanación completa en el Apéndice A)
El Gráfico
arriba fue efectuado en diciembre de 1995 en respuesta a un anuncio que fue
colocado por la Anti-Defamación League en New York Times.
Este anuncio pedía: ¿Qué pasó con los judíos desaparecidos?
Esto es
precisamente lo que preguntan los Revisionistas – una pregunta por la que han
sido acosados, golpeados, escupidos, vilipendiados, acusados, juzgados, y
encarcelados y hasta matados. ¿Por
qué es “criminal” querer saber por qué los números están disminuyéndose
con frecuencia?
¿No son
buenas noticias, en vez de malas noticias, saber que millones no murieron en
Auschwitz? ¿No es esto una razón
para regocijarse?
¿Será
que alguna vez sabremos lo que aconteció y cuántas víctimas hubo?
¡No si no podemos hacer preguntas!
Después
de una intensa campaña de cartas iniciado por el Equipo Zündel y dirigida al
señor Gorbachev hace unos años, los soviéticos por fin hicieron públicos los
Libros de Muerte de Auschwitz restantes, que habían capturado en 1945.
¡Sorpresa!
¿Sabe qué?
Las
supuestas “cuatro millones,” revisadas a “un millón y media,” ¡han
diminuido a 74.000 muertes probadas!
¡Todas
anotadas meticulosamente – nombre, fecha, nacionalidad, religión, tiempo, razón
y causa de muerte!
Investigador
alemán Tjudar Rudolf, que domina el alemán, inglés, francesa, yiddish, y
polaco y entiende la mayoría de nombres y lenguas eslovacas, ha escrudiñado
todos estos libros Soviéticos-Auschwitz de
registros de muertes y sumó el número de muertes Judías de acuerdo con el
nombre y religión – aun permitiendo nombres eslavizados.
¿El
resultado final?
Pocos
más de 30.000 judíos muertos en Auschwitz.
¡Fue
eso que el Revisionismo del “Holocausto” consiguió!
De todo
lo que sabemos hoy, según el análisis erudito de este hombre, cerca de 30.000
Judíos perdieron entonces sus vidas, principalmente de enfermedades y congestión,
en Auschwitz y los campos de trabajo circundantes afiliados con el complejo
principal en Auschwitz.
Este número
de personas es suficientemente trágico. ¿Por
qué la necesidad de exagerar? ¿Para
justificar qué? ¿Una campaña
maliciosa de odio por medio siglo contra un ex enemigo?
¿Un régimen que entró las páginas de la historia hace 50 años?
¿Es
esto de que todo esto se trata?
O
no es esto para mantener a los alemanes en una perpetua esclavitud mental, política
y económica y para hacerlos susceptibles a nuevos, finamente organizados planes
de chantaje que han extorsionado más de 100 Mil Millones de Marcos Alemanes
para los miembros del Grupo de Presión del Holocausto y para los miembros de su
tribu, instituciones y organizaciones –incluyendo el Estado de Israel?
Lo cual ni siquiera existía en el tiempo de los allegados crímenes que
fueron supuestamente cometidos por los Nazis?
El
abuso étnico de Alemanes y de Alemanía debe pararse.
El Holocausto no es, y nunca ha sido, sobre la promovida “Victimización
Judía.” Se trata de la extorsión.
La política de poder. ¡Y
dinero, venganza, y odio!
La gente
Alemana, muchos de los cuales ni siquiera eran nacidos cuando la tragedia de la
Segunda Guerra Mundial sucedió a su país, ha estado pagando enormes, enormes
sumas de reparaciones al estado Judío y la gente – muchos de ellos son
beneficiarios que, de igual manera, no eran nacidos cuando pasó lo que el mundo
ha sido instruido llamar “el Holocausto.”
Estos
alemanes tienen derecho a todos los hechos.
El Grupo de Presión del Holocausto está descaradamente distorsionando
“los hechos” para que sostengan la agenda de intolerancia hacia todos los
que cuestionen sus métodos y metas clandestinos y sin conciencia, empleando
agentes secretos, fondos para sobornos, boicotes, amenazas, y terrorismo
Holocausto.
Victimizando
a nuevas generaciones de Alemanes por las fechorías, reales y imaginados, de
sus abuelos y pronto bis-abuelos no es una manera de traer la paz y armonía al
mundo.
Ernst Zündel
está en grabación diciendo que los perseguidos de ayer se han convertido en
los perseguidores de hoy.
______
4 de
abril de 1996