3. La Afirmación Revisionista: Los números de víctimas del Holocausto son exagerados irresponsablemente.
El juego de números de alegadas pérdidas judías es verdaderamente
desconcertante. Muchas, muchas
personas de todas nacionalidades desaparecieron o perecieron en la guerra y no
es posible determinar su número. Algunas
yacen en las cenizas de los bombardeos Aliados de las ciudades alemanes y
sepultados bajo los edificios derribados; otras fueron incineradas en
tempestades de fuego Aliadas causadas por las bombas; aún otras perecieron en
los Gulags Rusos mucho tiempo después de que se habían terminado los tiroteos.
Es
injusto e incorrecto afirmar – tal como se afirma rutinariamente – que si
una persona no puede ser cuantificada, entonces él o ella perecieron debido al
genocidio – o, aun peor, debido a gasamientos.
De hecho, el
“Holocausto” es el mejor ejemplo de “...muerte probada por las historias
de millones de sobrevivientes.”
¿Eso
no le hace pensar?
Los
medios de comunicación están llenos de organizaciones de “sobrevivientes”
existentes en cada ciudad mayor en el Mundo Ocidental – de Toronto a Johannesburgo;
de Río de Janeiro a Los Ángeles.
Basta
decir que los alemanes han pagado más de 4.300.000 pensiones y reclamaciones de
restitución; 40% de los
beneficiarios viven (o vivían) in Israel. Otros
son de origen judaica pero escogieron vivir en otras partes del mundo.
¿Si
tantas millones de personas judías murieron a manos de los alemanes, por qué
hay tantos sobrevivientes?
Aficionados
del “Holocausto” suelen llamar Jacob Robinson “historiador” y “jurista
internacional” y se refirieron a él como la primaria fuente de información
con autoridad sobre lo que aconteció a los judíos.
Jacob
Robinson era, de hecho, un habiloso picapleitos judío del Este de Europa con un
plan y agenda diabólicos. Él fue
inventor/criador del “concepto revolucionario” de la idea del Juramiento de
Nuremberg para los líderes alemanes y el ardid de reparaciones alemanes.
De
acuerdo con Nahum Goldman, ex-presidente del Congreso Mundial Judaico,
“...Aparte de mi
encuentro con los supervivientes de los campos de concentración después de la
liberación, sólo volví oficialmente a Alemania para encontrarme con Canciller
Adenauer y entablar negociaciones sobre reparaciones.
Estas reparaciones constituyen una innovación extraordinaria en términos
de la ley internacional.
Hasta
entonces, cuando un país perdía una guerra, pagaba indeminizaciones al
vencedor, mas era un asunto entre estados, entre gobiernos.
Ahora por la primera vez una nación daba reparaciones a individuos
vulgares o a Israel, que no existía legalmente en el tiempo de los crimines de
Hitler. De todos modos, debo admitir
que la idea no provino de mí.
Durante
la guerra el WJC (World Jewish Congress) había creado un instituto de Asuntos
Judeos en Nueva York (su sede ahora está en Londres).
Los directores eran dos grandes juristas judías de Lituania, Jacob y
Nehemiah Robinson. Gracius a ellos,
el instituto creyó dos ideas completamente revolucionarias: el tribunal de
Nuremberg y reparaciones alemanes. (Goldman,
Nahum, The Jewish Paradox, Grosset & Dunlap, 1978, pag. 122).
Basta
sumar dos mas dos.
Reclamaciones
de reparaciones son basadas en el número de víctimas – de cierto modo como
una reclamación de seguro después de un choque de avión y subsecuente fuego.
Paga mantener estos números elevados.
No hay ningún misterio.
Ahora
visualice una compañía de seguros que tiene que pagar por un fuego en el cual,
supuestamente, perecieron algunos miembros de la familia.
No es necesario ser un científico de cohetes para percibir que si la
compañía de seguros es impedido de verificar documentos vitales, tales como:
“... ¿quien estaba registrado en aquel vuelo...? -
un tío o tía “víctima” no existente podría de una manera
concebible materializarse, defraudando a compañía de seguros.
Se sabe que estas cosas ya han sido hechas a algunas compañías de
seguros.
Para
presentar el viejo bulo del “Protocolo de Wannsee” (del 20 de enero de 1942)
alegadamente explicando los planes Nazis para “aniquilar los Judíos Europeos”
muestra atrevimiento audaz. Aun el
experto judío del Holocausto Yehuda Bauer de la Universidad Hebraica en Jerusalén
ha dicho que Wannsee fue un encuentro, mas “difícilmente un conferencia,” y
que “poco de lo que fue dicho fue ejecutado en detalle.”
Aquí
esta la citación completa, bajo el título: La importancia de Wannsee
desestimada, en Canadian Jewish News (Notícias Judaicas de Canadá), 30 de
enero de 1992:
“El
público aún repite, repetidas veces, las historia tonta que se llegó al
exterminio de los judíos en Wannsee. Wannsee
fue apenas un estadio en el desarrollo del proceso de asesinato en masa.”
(Canadian Jewish News, Jan. 30, 1992)
De acuerdo con el New York Times, 12 de noviembre de 1989, (Bauer) agregó cuando reprendido diciendo que no quería “...ser una ayuda a los negadores del Holocausto: “Ellos puedan sumar, ustedes saben...” (Auschwitz Revisionism: An Israeli Scholar’s Case, NYT, Nov 12, 1989)
Ellos
sí lo hicieron y continúan a hacerlo.
Al
hacerlo, ellos “encogieron el Holocausto.”
Tomemos Auschwitcz, por ejemplo. De
acuerdo con un resumen del 10 de diciembre de 1995, preparado por Dr. Faurisson,
aquí hay una imagen reveladora:
En
este gráfico, la barra más alta representa 9 millones de personas, y la más
pequeña representa 630.000 – 710.000, de los cuales 470.000 – 550.000 se
creen haber sido judíos. (Para la
verdadera y detallada verificación de ambos los números y las fuentes, vaya al
documento textual de Dr. Faurisson marcado como Apéndice A)
Los números siempre decrecientes de las “víctimas” de Auschwitz deben dar a personas escépticas – personas que aplican el sentido común a este tópico – una pausa para meditar. Yehuda Bauer, erudito judío, admitió la falsedad del número de 4 millones en un artículo de noviembre de 1989, donde comente sobre la cruel manipulación de número de víctimas en Auschwitz por los propagandistas zionistas y comunistas y mentirosos del mismo modo. (Auschwitz Revisionism: An Israeli Scholar’s Case. NYT, November 12, 1989.)
Mencionemos
también aquí a la Cruz Roja. Esta
presunta organización “humanitaria” tiene mucho que ver con el hecho de que
los números son tan dudosos.
La
Cruz Roja desempeñó un papel innoble durante y especialmente después del la
guerra cuando trataba con las historias y estadísticas de alegadas
“atrocidades Nazis.” (Vea el testimonio jurado de Charles Biederman durante
el Juramento Zündel) ¿Murieron realmente millones?
Informe de las evidencias en el juramento canadiense de Ernst Zündel por
“Noticias Falsas” – 1988, Editado por
Abajo
ofrezco meramente dos extractos de su testimonio, se resume en las
Transcripciones de Zündel por
El acceso a los documentos estaba limitado por los Acuerdos de Bona de 1955 antiguos acusados y sus sucesores legales en la base de que los documentos eran todos relacionados a personas y, como tal, no abiertos al público. (11-2797, 2498). La formulación usada en el Acuerdo Bona era que los archivos eran “solo para ser evaluados en los intereses de los antiguos acusados mismos o de sus sucesores.” (12-2676). La única excepción a esta regla, como fue providenciada bajo los acuerdos, era que representantes de cualquier de los diez gobiernos Aliados del organismo supervisor tenían el derecho de inspeccionar los documentos. (11-2497) Cualquier pedido por uno del los diez gobiernos para acceso era revisto por el Director del ITS (Internal Tracing System); si el director sintiese que no era justificado, podía someter el pedido a la Comisión Internacional para la decisión final. Él no pudo acordarse de algún pedido de Israel haber sido negado. (12-2711)”
En
otras palabras, Israel puede ver los datos, pero investigadores e historiadores
alemanes no pueden. Los
revisionistas no pueden. Ernst Zündel
no puede. Señor Wiesenthal,
presupuestamente, puede.
El
resumen de la transcripción del juramento de Kulaszka sigue diciendo:
Biedermann
confirmó que en el 31 de diciembre de 1983, el número total de muertes
registradas con el Special Registry Office y con varias otras oficinas de
registros era 373.468. (11-2515)
Este número representaba certificados de muerte expedidos según pedidos
recibidos y era basado, en cuanto al Special Registry Office, en los registros
del campo mantenidos por los Nazis durante la guerra.
(11-2516, 2517)
Biedermann
estaba de acuerdo de que en una conferencia internacional dirigida por el Comité
Internacional de los Campos en Vienna en 1977, el entonces director del ITS,
Albert de Cocatrix, dio un discurso que indicaba que al partir del 31 de
diciembre de 1976, un total de 357.190 nombres de personas que murieron en los
campos de concentración habían sido registrados en el Special Registry Office.
Biedermann confirmó que estos números en verdad provenían del ITS.
(12-2640 a 2646) Él indicó,
sin embargo, que estos números resultaron de pedidos.
Si una familia entera hubiese muerto, no habría nadie para hacer una
aplicación para un certificado de muerte. En
segundo lugar, el ITS tenía documentación completa para sólo dos de los
veintidós campos de concentración. Para
los restantes, o tenía documentación parcial, o no la tenía.
Por tanto, si se hiciera una aplicación para una persona que
alegadamente había muerto en uno del estos campos, el ITS no tendría los
registros para justificar un pedido al Special Registry Office.
(12-2647)
En
realidad es ridículamente simple. El
juego de números en el cual las reclamaciones de reparación son basadas podría
ser lanzado por la tierra mañana.
La
Cruz Roja atreves de su Internacional Tracing Service (Servicio de Rastreamento
Internacional) en Arolson, encabezado por el delegado de la Cruz Roja, Charles
Biedermann, tiene el las manos importante información sobre cada uno de los
internados de los campos de concentración que estuviese en un campo de
concentración de prisioneros de guerra o campo de concentración civil alemán.
Estas 14 millones piezas de información podrían, con la tecnología de
computadoras de hoy en día, programas OCR, etc. ser filtradas, divididas por
categoría, analizadas y doblemente verificados.
En un período bastante corto, esta información podría disponerse al público,
lo cual pondría un fin efectivo a todos los abusos, interpretaciones dudosas,
mentiras y falsificaciones de números reales y alegados de “víctimas
Nazis.”
El
Gobierno Alemán puede y debería haber verificado los registros de internados
hace 50 años. ¿Por qué no se ha
hecho esto? Una buena respuesta es
que entonces habría sido revelado para que lo viera todo el mundo que
reclamaciones de reparaciones fueron hechas y que billones fueron pagados y
recaudados fraudulentamente durante mucho tiempo.
Existen
cartas del Arolson Tracing Service que dan por lo menos una vislumbre parcial de
lo que está disponible en esos archivos. La
Cruz Roja, al aceptar el acuerdo o mandato vigente entre las 10 naciones de
acuerdo con el cual administra este macabro pero importante legado de la Segunda
Guerra Mundial, se ha convertido en cómplice el la ofuscamiento de la
investigación y está, de hecho, escondiendo hechos históricos.
Yo
estoy en grabación diciendo que la Cruz Roja está deliberadamente obstruyendo
una investigación honesta acerca de uno de los capítulos más tristes de las
historia humana. Si a la Cruz Roja
no le gusta esta justificada crítica, que salga del negocio de esconder la
verdad del público que procura respuestas.
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