"Holocaust 101"

2.  La afimación revisionista: No hay pruebas que el Holocausto, tal como es representado por el Grupo de Presión de Promoción del Holocausto y por la altamente politizada industria de Hollywood, había ocurrido.

Los revisionistas no afirman que los judíos no sufrieron.  No contestan el hecho de que los judíos eran, de hecho, indeseables en Alemania, y que había una política del estado para removerlos como siendo un “pueblo parásito” perjudicial para el país. 

Es absolutamente verdad que los judíos fueron encarcelados y frecuentemente tratados con crueldad.  Eran vistos como enemigos, tal como en nuestros tiempos los “Nazis” son vistos como enemigo de las oligarquías entrincheiradas.

Los revisionistas afirman e argumentan que no había política del estado que demandaba la “exterminación en masa de los judíos” o cualquier otra menoría indeseada.  Los Aliados interrogaron independiente y separadamente 26.000 funcionarios del régimen Nacional Socialista inmediatamente después de la derrota de Alemania, utilizando siempre el mismo conjunto de preguntas.  Algunas personas pudieron haber pensado mentir para beneficio propio implicando otros.

Ni siquiera un oficial alemán reportó tener conocimiento de tal programa.  Todos dijeron que la primera vez que habían oído de ello fue de los Aliados después de la guerra. 

Esto realmente va al grano de dónde la historia de la exterminación en masa provino – que es la “confesión” de Rudolf Hoess.

La Confesión de Rudolf Hoess es un documento increíblemente “incriminatorio.”   Todo el mal proviene de ella.  Aquí es la historia de fondo.

Rudof Hoess, el ex-comandante de Auschwitz “confesó” a cosas muy increíbles durante el Juramento de Nuremberg en este documento largamente usado y muy citado.  Un buen resumen de un punto de vista con interés humano de cómo tal fue conseguido se da en el editorial del sitio del Internet Zundelsite: “Nuremburg: The Crime that Will Not Die.”  Es un resumen que vale la pena leer.

Muchos alemanes, en Nuremburg y otros lugares donde tuvieron que enfrentar juramiento por “crimenes de guerra,” han “confesaron” haber cometido brutalidades por “coacción” o alicientes.  Documentos, testimonios y confesiones, tanto como declaraciones juradas presentados en Nuremberg y otros lugares, fueron frecuentemente produjos y firmados después de la tortura física y psicológica de sus autores.

Para prueba de tortura de alemanes capturados de los Aliados, lea Legions of Death, un libro por Rupert Butler, un escritor inglés, quien da una descripción vivida de la manera cómo el Comandante de Campo de Concentración en tiempo de guerra, Rudolf Hoess, fue golpeado sin misericordia y drogado con alcohol durante varios días antes de que firmara su famosa “confesión” admitiendo que dos millones y media de personas fueron gaseadas en cámaras de gas en Auschwitz.

Basta decir aquí que esta llamada “confesión” fue escrita en inglés, y que Hoess no hablaba ni siquiera entendía inglés.  (Butler, Rupert, Legions of Death, Hamlyn Paperbacks, Great Britain, 1983, pág. 10-12)

Julius Streicher, para nombrar otro oficial alemán que fue salvajemente torturado por interrogadores americanos para extraer una “confesión,” reportó que fue golpeado de tal manera que perdió el 40% de su oído.  Fue mantenido desnudo en una cela no calentado y fue obligado a beber de la letrina.  Los guardias le forzaron a abrir los dientes con un palo con el fin de escupir en la boca.  (Streicher Opens His Case,” London Times, April 27, 1946)

Esta información fue más tarde expurgada de las transcripciones de Juramento de Nuremberg, con el consentimiento del presidente del Tribunal y aun el abogado “defensor.”

Aun otra fuente es la Comisión de Investigación Simpson van Rhoden acerca del comportamiento de los inquisidores estadounidenses durante los juramentos de Malmedy-Dachau.  Esta comisión reportó maltratamientos y torturas, inclusivo juramentos falsos, la administración de confesiones falsas por “padres” igualmente falsos, palizas, utilización de capuchas etc. para obtener confesiones forzadas de los prisioneros.  (The Progressive, escrito por el Juez Edward L. Van Rhoden en febrero de 1949 intitulado American Atrocities in Germany (Atrocidades americanas en Alemania)).

Aquí es un ejemplo de cómo tales “confesiones” eran rutinariamente obtenidas:

“Los investigadores americanos en el Tribunal de los Estados Unidos en Dachau, Alemania, usaron los siguientes métodos para obtener confesiones:

Palizas y patadas brutales.  Dientes y mandíbulas partidos.  Juramentos falsos.  Prisión solitaria.  Padres falsos.  Raciones muy limitadas.  Privación espiritual.  Promesas de absolución (si la víctima implicara otros prisioneros para corroborar la perspectiva de los juramentos Aliados)... Todos los alemanes, excepto dos, de los 139 casos investigados, habían sido pateados en los testículos de manera irrecuperable.” (¿Murieron realmente seis millones?  Informe de las pruebas en el Juramento de Ernst Zündel en Canadá en 1988 por “Noticias Falsas”, editado por Barbara Kulaszka, pág. 44-45)

El Jefe de la Justicia de los Estados Unidos Harlan Fiske Stone, refiriéndose a los Juramentos de Nuremburg y hablando del Fiscal jefe americano, Jackson, tenía esto para decir, tal como fue citado en un libro de tapas duras de la Viking Press, “Harlan Fiske Stone: Pillar of the Law:”

“Jackson está fuera conduciendo su grande fiesta de linchamentos en Nuremberga,” él observa.  “No me importa lo que les hace a los Nazis, mas odio ver la pretensión que él está conduciendo un tribunal y procediendo de acuerdo con la ley común.

Esto es un fraude demasiado hipócrita para satisfacer mis ideas fuera de modo.”  (Mason, Thomas, Harlan Fiske Stone: Pillar of the Law, Alpheus The Viking Press, pág 746)

Una acusación no constituye un hecho.  Un titular no constituye un hecho.  Un prisionero torturado haciendo una “confesión” no puede hacer que sus palabras constituyan un hecho.

Aquí es otro ejemplo de un crimen “bien documentado:”

Los alemanes fueron acusados en Nuremberg de haber matado 15.000 oficiales polacos y miembros de la élite polaca en Katyn.  Siete oficiales y soldados alemanes fueron ejecutados por los soviéticos después de un juramento en el cual más de 4.000 (!) declaraciones juradas y docenas de “expertos” y “testigos” fueron ofrecidos por los acusadores Estalinistas.

En 1989, el líder soviético Gorbachev admitió públicamente que el régimen de Stalin era responsable por estos asesinatos en masa de polacos.  No los alemanes.  El aliado de América – Joseph Stalin – ¡había ordenado las muertes!

Por tanto, si el Juez Thomas T. Johnson de Tribunal Superior de California, y el Jeuz Thomas del Tribunal del Distrito tomaron presunciosas “Notificaciones Judiciales” del Holocausto, se basaron en documentación “inmediatamente disponible” obtenida a través de tortura y coerción de las víctimas de los maestros de tortura Aliados.

¿Qué especie de “evidencia documentada” es ésta?  No sería permitida en cualquier tribunal estadounidense o canadiense.

In Nuremberg y en muchos tribunales subsecuentes contra las llamados “crímenes de guerra de los Nazis” estos métodos eran rutinariamente aceptados y “aceptables” como una cuestión de política y “las reglas.”

 

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